Paloma Rocasolano está muy volcada en el cuidado de sus nietas

Desde que se jubiló, la actividad preferida de la madre de la reina es pasar tiempo con Leonor, Sofía y las primas de estas, de las que cuida cuando sus padres no estén. Aunque también disfruta de sus aficiones o de salidas con amigas.

UNA ABUELA DISCRETA Y PRESENTE

La familia Ortiz-Rocasolano esta de enhorabuena, ya que Telma (48), la hermana de doña Letizia (47), acaba de dar a luz a su segunda hija, fruto de su relación con el abogado irlandés Robert Gavin Bonnar (54). Sin duda, una noticia que habrá llenado a todos de alegría, pero, en especial, a Paloma Rocasolano (69), que disfruta como nadie de su papel de abuela. De hecho, fue una de las primeras en ir a conocer a la pequeña y después del feliz encuentro aseguró con alegría que la reciente mamá se encuentra «muy bien». Eso sí, la suegra de don Felipe (53) evitó dar más detalles de la llegada de su quinta nieta, demostrando una vez más que la discreción es una de sus señas de identidad y una de las cualidades que ha hecho que la reina confíe en ella más que en ninguna otra persona para el cuidado de sus hijas. Además, ambas tienen una relación muy estrecha, se entienden a la perfección y comparten pensamientos y criterios.

LAS NIÑAS DE SUS OJOS

Por eso, desde que nacieron Leonor (15) y Sofia (14), Paloma visita asiduamente el Palacio de la Zarzuela y pasa allí gran parte de los fines de semana. Además, cuando los monarcas han tenido que ausentarse por un viaje de Estado u otros compromi~Barcelona, la enfermera viajaba asiduamente para ver a la niña, llevarla al colegio o a la playa. Y desde que Amanda y Telma se mudaron a Madrid, esos lazos no han hecho más que estrecharse.

SUS AFICIONES

Pero aunque lo de ejercer de abuela sea su pasatiempo favorito, desde que se jubiló en 2017 Rocasolano dispone de más tiempo libre para dedicarlo también a sus aficiones. Inquieta y curiosa, hace algunos arios decidió matricularse en Historia del Arte en la universidad a distancia y cuando no tiene que estudiar le gusta salir de compras, hacer deporte o tomar algo con amigas por el centro de Madrid, donde vive. De hecho, el piso de 37 metros cuadrados y sin ascensor en el que reside desde hace décadas se encuentra muy cerca del Palacio Real, donde quizá se reúna con su hija en alguna ocasión. Pero ser la madre de la reina no ha cambiado el carácter de Paloma, que sigue viajando en metro y llevando una vida sencilla y lo más discreta posible. Un «anonimato» que solo abandona para acudir a actos muy puntuales, como las comuniones de sus nietas o los premios Princesa de Asturias, donde se muestra como una madre y abuela orgullosa y feliz.