A sus cuarenta y cuatro años, Tracy Anderson es una experta en fitness que ha diseñado su propio método, que combina cardio a través de movimientos de baile -que ella misma aprendió en su juventud cuando quería ser bailarina profesional- y trabajo muscular, sobre todo, en brazos, abdominales y piernas. En sus sesiones de unos cincuenta minutos de duración, cada día se realiza un protocolo diferente de entre diez y treinta movimientos distintos que ejercitan tu cuerpo.
Sus coreografías están diseñadas para activar constantemente los músculos grandes y, también, los pequeños -que suelen olvidarse en las tradicionales clases de fitness– para crear un cuerpo en armonía. Todo ello mientras se baila al ritmo de la música y se suda considerablemente, ya que en sus clases la temperatura es de 35 grados y hay una humedad del 75%. Hace, por lo tanto, mucho calor, ya que el sudor ayuda al cuerpo a liberar toxinas y mejora el tono de la piel y su elasticidad. Los músculos, además, se mantienen calientes y es así trabajan mejor.
El método, además, se realiza con música, pero en silencio, ya que Tracy Anderson o los profesionales formados por ella que también ofrecen sesiones con su método no hablan durante la sesión. Hay que fijarse bien en sus movimientos para poder imitarlos. Pero es relativamente sencillo conseguirlo ya que, al estar en silencio, conectas mejor contigo mismo, consigues que tu cuerpo y tu mente trabajen a una y sólo te concentras en el ejercicio que estás realizando y no en el trabajo, los hijos, los problemas…
Su método debe ir acompañado de una alimentación equilibrada y saludable que incluya una mayor ingesta de verduras, frutas, proteínas… Sólo así, cualquier mujer puede notar los resultados en tan sólo treinta días. Y no sólo eso, sino que puede conseguir acabar con la celulitis y con la grasa acumulada en la espalda, la cara interna de los muslos… El resultado es un cuerpo uniforme y femenino, con una musculatura sin volumen.
El objetivo es transformar el cuerpo de la mujer, sea del tipo que sea e independientemente de su genética y constitución. Su método es fruto de veinte años de entrenamiento, para obtener unos resultados inmejorables en su propio cuerpo, ya que Anderson tuvo que renunciar a ser bailarina profesional, porque debido a su genética no lograba bajar de peso, a pesar de comer poco y practicar muchísimo ejercicio. También es resultado de años de investigación con ciento cincuenta mujeres de diferentes constituciones cuya evolución analizó durante cinco años y de un profundo estudio de la anatomía del cuerpo humano.
Miles de mujeres la siguen en todo el mundo, ya sea en uno de sus siete centros (seis en Estados Unidos y uno en Madrid), o por streaming a través de 50 países, porque son mujeres que no viven cerca de ningún centro o no pueden permitirse pagar la cuota de ser socia, que ronda los 500 euros al mes en la capital española. Además de seguirla para conseguir unos magníficos resultados, las mujeres valoran que cada clase es distinta y, sobre todo, que se divierten.
La Razón
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