Batacazo judicial para Nicolás Sarkozy (66). El expresidente francés ha sido condenado a tres años de prisión por corrupción y tráfico de influencias, convirtiéndose así en el primer mandatario en recibir una condena de cárcel. Un dudoso honor que empatiza aún más la ya maltrecha imagen del político, quien ya ha anunciado que piensa recurrir. Y eso a pesar de que, al no tener antecedentes, estaría exento de cumplir los dos primeros años de condena y el tercero podría pasarlo con arresto domiciliario llevando únicamente un brazalete electrónico.
Pero, aunque no tendrá que pisar la cárcel, el expresidente sigue defendiendo que no usó sus influencias para conseguir información confidencial de una investigación abierta contra él. Quién también defiende su inocencia a capa y espada es su mujer, Carla Bruni (53). La modelo ha estado a su lado en todo el proceso y, tras hacerse pública la sentencia, escribió en redes sociales «Qué insana implacabilidad, mi amor… la lucha continúa, la verdad saldrá a la luz. Injusticia».
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