A veces rendirse también supone una victoria. Eso es precisamente lo que le ocurrió a Marisa Jara (41). No es ningún secreto que durante su etapa de modelo convencional mantuvo una dura lucha contra la báscula.
Nunca ha ocultado que le costaba aceptar su físico, pero llegó un día que decidió tirar la toalla y lucir sus curvas con orgullo:
«Me cansé de estar peleando contra mi constitución porque es una guerra continua y diaria».
Sincera como pocas, la sevillana ha revelado en más de una ocasión que las exigencias del mundo de la moda la llevaron a caer en un trastorno de la conducta alimentaria, algo que le sigue acarreando problemas en la actualidad.
«Voy a una nutricionista por mi pasado con la bulimia porque, lo quieras o no, no deja de ser una enfermedad y de todo te queda siempre algo. Hay que estar alerta», asegura.
Ahora se ha quitado lastre, sonríe feliz al lado de su pareja, Miguel Almansa (43), y sigue luchando por convertirse en madre.
Deja una respuesta