La periodista ha pedido a Carmen y a Terelu permanecer al margen del enfrentamiento que mantienen: «Yo le quiero explicar y ella me dice que no quiere saber nada», ha revelado la colaboradora de Sálvame.
María Teresa Campos ajena a las peleas de su familia
No están siendo meses fáciles para Maria Teresa Campos. A sus 80 años, se ha visto obligada a empezar de cero tras lograr vender su casa de Molino de la Hoz, un hogar que ha abandonado con gran tristeza porque en él había invertido el esfuerzo de toda su vida. La mudanza no ha estado exenta de polémica, ya que los vecinos de la urbanización de Terelu, donde la matriarca de las Campos se iba a instalar también, se negaron a que fuera a vivir allí por miedo a perder la privacidad debido a la presencia de la prensa.
Pero, sin duda, lo peor de esta etapa es el enfrentamiento que Carmen Borrego (55) mantiene con su hermana, Terelu (56), y su sobrina, Alejandra (21).
POLÉMICOS AUDIOS
Esta guerra ha supuesto un duro varapalo para la presentadora, que ha luchado siempre por mantener a su familia unida. Sin embargo, la buena sintonía que parecía existir entre las hermanas se ha resquebrajado y ese es un tema del que Teresa no quiere oír hablar, ya que le causa mucho dolor.
«No voy a contestar tonterías, eso son opiniones», aseguré la periodista a los reporteros, apartando el micrófono con un gesto de enfado.
Ha sido Carmen la que ha confirmado que su madre prefiere mantenerse ajena a esta complicada situación entre sus hijas y que desconoce lo que realmente esté pasando: «Yo le quiero explicar lo que ocurre y ella me dice que no quiere saber nada… Si fuese consciente de la situación, sufriría muchísimo». Las cosas entre las hermanas estén en un punto prácticamente de no retorno. Así al menos lo insinué Borrego al desvelar -en una conversación grabada el motivo de su enfado y dejar claro que ella no piensa dar el primer paso para un acercamiento:
«Lo último que ha dicho Terelu de mí es que soy mala hermana… Tengo tres audios insultándome a mí y a mi marido. Tiene que pedirme perdón, no puedo llamarla, tiene que ser ella. No voy a hacer rendición sin condiciones».
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