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MAMA NO ES MAMA: La cara es el espejo del alma

Una madre nunca abandona a sus hijos.

«Mi sobrina Rocío sufre cada día el acoso, los insultos, amenazas.. Y eso no va a cesar porque diga RC que ahora no quiere hablar de Rocío», dice Gloria Camila

Y es que Rocío Carrasco es el vivo ejemplo de una mala madre y de una persona despreciable.


“Una madre es capaz de dar todo sin recibir nada. De querer con todo su corazón sin esperar nada a cambio. De invertir todo en un proyecto sin medir la rentabilidad que le aporte su inversión.»

«No estoy preparada para hablar de mi hijo»,»No estoy preparada para hablar con Gloria» Hay que ir por orden, primero el docudrama2, luego seguir rentabilizándolo, por medio terminar de destrozar a mi ex después de lapidar a mi hija.

RC dice que ha estado muy mal durante 20 años muy mala, muy mal, es decir casi sin salir de casa.

Dice que ha estado encerrada 20 años? Entonces esto que es? Una persona como dice que estaba se hace portadas, celebra una boda? No, Rocío no cuelan tus mentiras, no cuelan… #MamaNoEsMama

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LA CARA DEL ODIO

“La cara es el espejo del alma”; qué gran sentencia, nuestra cara refleja, lo queramos o no, nuestro interior, nuestra esencia.

Y no me refiero a la apariencia física, sino a lo que transmitimos, a lo que reflejan nuestros ojos, a la energía que nos llega de la persona que tenemos enfrente. He de confesar que ayer no vi él… qué era ahora ¿Documental? ¿Docuserie? ¿Caza de brujas contra una hija? ¿Lapidación pública de algo que supuestamente hizo una adolescente?

En fin, que no pude verlo. En primer lugar, porque no veo nada de “La fábrica de la tele” y en segundo porque he llegado al punto que la sola presencia de esa señora me repugna. Pero he visto cosas en Internet y en YouTube, y veo que todo el programa se basó en reiterar una y otra vez el lamentable episodio que ocurrió años atrás, con el único fin de destruir a su propia hija.

Qué triste tener una “madre” así, que de ninguna manera se merece ese dulce nombre. Qué asco y qué repulsión me produce esa señora. Esa “señora“, que califico así porque soy educada, porque de señora no tiene nada, y ya volvió anoche de nuevo a enseñar la patita.

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Más bien le pega el título de camorrista que el de señora. Todos sabemos que hay que acatar lo que diga la justicia, pero es muy lícito discrepar de una sentencia, porque la justicia también se equivoca. ¿Alguien de verdad se cree que esta señora , que más que educada en colegios religiosos de pago parece una poligónera de la peor calaña, se deje pegar sin devolver los golpes por una niña de 15 años 30 centímetros más baja?

Porque yo no me lo creo ni harta de vino. Eso para empezar. Pero lo que aún me cuesta más de tragar es ese odio, esa frialdad, ese querer hundirla cuando habla de su propia hija. No he visto a nadie más deshumanizado.

Conchita Plasencia Peña


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