Madonna fue el plato fuerte del Festival de Eurovisión. Su actuación, rumoreada desde semanas antes de la gala, no era confirmada hasta apenas unos días antes de que se celebrara el gran concurso. ¿El motivo de su elección? Se cumplen 30 años del gran y polémico éxito de la artista, ‘Like a prayer’, el mismo que le prohibieron cantar en Israel en su momento por su escenografía: Madonna se colgaba de una gran cruz en medio del escenario lo que se consideró como una ofensa a la religión. Ahora, la artista reconocida internacionalmente ha regresado y no sin polémica.
‘Like a prayer’, el gran himno de Madonna en los 80 cumple 30 años e Israel quiso aprovechar para que fuera una de las actuaciones estelares más esperadas del show en la pausa hasta las votaciones. Y con una gran puesta en escena Madonna pisó con pie firme el escenario del Festival de Eurovisión: una escenografía que recordaba el interior de una catedral, dos pilares que entraban en escena como una cruz caída y 40 cantantes que conformaban un espectacular coro vestido con túnicas diseñadas por el propio Jean-Paul Gautier, quien también firmaba el vestuario de la cantante. Madonna se resarcía y conseguía poner en escena este canto contra la crueldad en el mundo, incluida la Iglesia.
Pero a pesar de su constante desafinación y las críticas a la Iglesia esta no fue la actuación más criticada, sino que Madonna enlazaba su éxito con su nuevo single, ‘Future’, en cuya puesta en escena continúo criticando el cambio climático con la aparición constante de máscaras de gas y niños con túnicas blancas y coronas de flores. Al final del número, Madonna se situaba arriba de unas escaleras instaladas en el escenario y subiendo a ellas, por parejas, se acercaban los bailarines que portaban en sus espaldas las banderas de Israel y Palestina mientras se abrazaban, simbolizando la paz. Esta aparición de la bandera de Palestina, Estado no reconocido por Israel, ha sido el foco de toda la polémica.
La actuación, que ha costado 1,25 millones de dólares y que fue sufragada por el multimillonario canadiense-israelí Sylvan Adams, ha sido muy criticada por Israel. “Creo que no debería involucrarse la política en un evento cultural o musical como éste. Pienso que fue un error e inapropiado, y con todo el respeto a Madonna, cosas así no deberían ocurrir”, ha declarado la ministra de Cultura en funciones Miri Reguev. “Esto no pasaría en ningún otro país, hay una sensación de que en nuestro país todo está permitido y el gobierno no puede involucrarse en supervisarlo”.
Y es que, esta no ha sido la única bandera de Palestina que se vio durante el show. También entre el público había algunas de ellas además de la que los representantes de Islandia, Hatari, portaron durante su estancia en la Green Room durante un breve periodo de tiempo, pues la organización se las requisó, al menos una de ellas, como el propio cantante ha mostrado en redes sociales.
En 10 Minutos
Deja una respuesta