Pocos son lo que aún intentan defender lo indefendible. Pocos los que se posicionan en el bando de Rocío Carrasco y justifican que una madre tenga el corazón de piedra
Aducen antiguas redencillas. Que Rocío Flores incluso la agredió siendo una niña… que si el juez… bla bla bla. Papanatadas de lameculos a sueldo de antiguos favores.
La cosa es bien sencilla. Rocío Carrasco es una mala persona, poco empática, egoísta, que no quiere a nadie e incapaz de sentir el cariño.
Es lo que hay.
La pura y cruda realidad.
Chelo García Cortés relataba en ‘Sábado Deluxe’. que llamó tanto a Rocío Carrasco como a Fidel Albiac para simplemente saber cómo estaban
“Tengo buena relación y les llamé, pero no respondieron. ¿Qué puedes decir de eso?”, comentaba Chelo a Carmen Borrego, una de las patéticas que aún defienden el odio de una de las hijas de la Juera. (aunque les pese, Gloria Camila y José Fernando también son hijos de la Chipionera)
Hemos visto sufrir a Rocío Flores. La hemos visto llorar al no entender como una madre puede olvidarse así de sus hijos. Como puede burlarse y reírse incluso de ellos (recordad cuando pregunto si SUPERVIVIENTES lo hacían por NETFLIX).
¿Qué pedía Rocío Flores?
Una llamada. Oír la voz de su madre.
Solo eso.
En SUPERVIVIENTES Rocío Flores sufrió una fuerte crisis de ansiedad al haber tenido noticias de su padre pero ninguna noticia de su madre, Rocío Carrasco.
Y es que, en el fondo, Rocío Flores albergaba la esperanza de que su madre la llamara. Solo un decir “Animo. Tú puedes”
“Me parece súper injusto que no haya sido capaz ni siquiera de mandarme un mensaje”, le comentaba a Lara Álvarez hecha un mar de lágrimas.
¿Qué madre puede ser tan cruel de ver sufrir así a una hija y no hacer nada?
¿Qué puede inventar para justificarse?
Rocío Flores lleva siete años sin saber nada de su madre.
Rocío Carrasco vive de espaldas a toda su familia, cubriéndose con la hipocresía del clan “Campos” y poco más.
EL SÍNDROME DE LA PROGENITORA TÓXICA
Pero lo de Rocío Carrasco no es nada nuevo. Está perfectamente explicado en los libros de psicología.
Hemos consultado con especialistas y nos han contado sobre este síndrome.
“La progenitora tóxica es aquella que llega a la maternidad por caminos poco deseables. Lo ideal psicológicamente es poner distancia emocional y física.
En nuestra sociedad es casi un tabú el aceptar que hay madres que no quieren a sus hijas, pero sucede y es más real y frecuente de lo que nos gustaría reconocer.
Como muchas cosas que nos resulta difícil de aceptar y comprender, tendemos a negarlo.
Pero existen.
La madre tóxica es una mujer que ha llegado a la maternidad por caminos poco deseables, por convencionalismos, porque así estaba diseñado su guion de vida o porque se ha encontrado con ello sin buscarlo, o porque eso es lo que de ellas se esperaba.
Reniegan de la maternidad. Sus hijas, no son amadas incondicionalmente (como funciona el vínculo maternal), son percibidas desde pequeñas como una molestia, un obstáculo, una rival e incluso una proyección de aquello que ellas hubieran querido ser.”
“No. No hay nada que justifique que una madre no quiera a su hija. No hay nada. ”
“Rocío Carrasco presenta todo el cuadro de una madre tóxica. Incluyen la culpa, la manipulación, la crítica cruel, la humillación, la falta de empatía, el egocentrismo puro.
Envidia los éxitos de su hija, recelan su necesidad de independencia, rivalizan con ellas en un patológico escenario vital donde la víctima ni siquiera sabe que lo es.”
“Lo principal, como en todo, es reconocer el problema. Ser consciente de él y buscar la ayuda de un profesional.”
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