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Letizia Reina: Un paso adelante

La esposa de Felipe VI regresa al trabajo por todo lo alto, celebrando su 49 cumpleaños con una imagen renovada, mostrándose más segura que nunca en su papel y siendo alabada por su cercanía y naturalidad.

La reina Letizia retoma su agenda oficial desbordante de aplomo y entereza

Tras el verano, el nuevo curso arranca para todos y también para Letizia Ortiz, que el pasado 15 de septiembre cumplió 49 años en uno de los momentos más dulces de su vida como miembro de la familia real. No es un secreto que su llegada a Zarzuela no fue sencilla y que sus orígenes plebeyos tuvieron mucho que ver, pero tras 18 años entre los Borbones ha demostrado con creces que es un gran activo para la Corona. No hay más que fijarse en los actos en los que ha participado en este inicio de curso para darse cuenta, primero, de que tiene la agenda oficial más ocupada que nunca y, segundo, que se siente poderosa, más segura de sí misma y de su trabajo, y también del lugar que ocupa en la Casa Real. Letizia es la reina consorte, ya que el rey es Felipe VI, pero hace mucho tiempo que se convirtió en el foco de interés hacia el que se dirigen todas las miradas en cualquier acto oficial. Y no solo en España, sino también fuera de nuestras fronteras, donde está considerada, según la prensa internacional, como la soberana más elegante, que recoge a la perfección el glamour de una reina y el estilo de una mujer trabajadora, transmitiendo la imagen de un país moderno y de una monarquía renovada, que es precisamente la meta que se marcó el matrimonio Borbón Ortiz tras la abdicación de Juan Carlos I (83). Esto demuestra que el hijo de doña Sofía (82) no se equivocó en su elección y, aunque priorizó el amor por encima de la sangre real o el deber, como lo denominan los monárquicos más puros, precisamente esta decisión es la que llevó a que Letizia se colara en el corazón de todos los españoles. Criada en un hogar normal, sin los lujos ni florituras de un palacio, si alguien entiende la vida, problemas y preocupaciones de un español medio es ella, ya que en el pasado también los vivió. Esto la hace mucho más sensible con muchas causas sociales en las que se ha volcado, dando muestras de empatía y solidaridad con los más vulnerables en momentos clave de la pandemia.

NUEVA ETAPA OPTIMISTA

Esta actitud cercana y generosa ha provocado que su figura se haya visto aún más reforzada y revalorizada, y quizá por eso Letizia se muestra ahora más espontánea y natural, olvidándose de su trabajada y también criticada rectitud. Un cambio más que evidente en sus últimas apariciones, en las que ha dejado atrás los looks sobrios, grises y neutros que lució en el peor momento de la crisis sanitaria, para volver con paso firme a lucir como una reina, conocedora de la expectación que causa su imagen y que ella aprovecha para que también se hable de su mensaje y de cada acto oficial al que acude. Tras la vacunación contra el covid-19, el mundo mira al futuro con optimismo y esperanza, y la reina también. Por eso ha arrancado esta nueva etapa reflejándolo en su forma de vestir y ha elegido. Muchas son españolas y de tejidos ecológicos y sostenibles, marcando la senda hacia la que el planeta tiene que dirigirse. Atrás ha quedado la técnica que la ha guiado en los últimos meses de minimizar la importancia de sus estilismos —algo completamente acertado en los tiempos difíciles que hemos vivido—, y con paso firme vuelve a demostrar en las prendas que sabe adaptarse a cada momento como nadie.

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APLAUDIDAS PALABRAS

Buena muestra de este poderoso regreso fue el discurso que ofreció en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, en cuyas aulas se formó como periodista y a las que volvió para ser investida como alumna de honor. Apostando por un vestido de lo más juvenil en denim, en consonancia con el público al que se dirigía, la esposa de Felipe VI recordó los momentos vividos entre esas paredes y, nostálgica y divertida, compartió una anécdota con un profesor, «Me acuerdo en una clase, no sé si era cuarto o quinto, estaba un catedrático de aquellos brillantes, y en mitad de la clase el hombre, un poco harto, me dijo en voz alta, casi gritando: ‘Ortiz, mire, Ortiz, yo no sé qué va a ser de su vida, pero, desde luego, a pesada -se refería a las preguntas, a la curiosidad-, ahí no tiene rival’», relató con una espontaneidad de la que no suele hacer gala. «Lo de la curiosidad no se quita, aunque ahora ya no cuento las respuestas que me dan», añadió a corazón abierto. Precisamente por estas palabras, su cercanía y calidez han sido muy aplaudidas, ya que una de las críticas que siempre ha recibido es que es demasiado encorsetada, cumpliendo al milímetro con el protocolo, conteniendo al México sus emociones, siendo incluso rígida en todos sus gestos, lo que recordaba a la figura de una reina tradicional, de las de antes. Y es que quizá antes de marcar su propia impronta al cargo tenía que aprender a comportarse como las que la precedieron y, con este trabajo hecho, modelar su reinado dándole su toque personal. Una muestra más de su buen hacer, ya que hoy nadie diría que no nació en el seno de la familia real. De hecho, muchos la consideran la salvadora de la institución tras los escándalos protagonizados por algunos de sus miembros, estos sí, de cuna.

UN GUIÑO A SU SUEGRA

La reina ha retomado su trabajo institucional con más intensidad si cabe que antes y, por primera vez, se habla más de sus palabras que de sus estilismos. Desde que arrancó el mes de septiembre no ha parado de acudir a actos y con su primera aparición tras las vacaciones dio un golpe en la mesa, mostrando claramente cuál va a ser la hoja de ruta que va a seguir. Así, en la primera edición de los Premios Retina Eco apareció radiante, con un elegante y llamativo vestido negro que resaltaba su bronceado y su estilizada figura, confeccionado en bambi orgánico y con un gran escote barco que dejaba sus hombros al aire. Un modelo de la firma española Maria Malo que se agotó esa misma noche en la web, reflejo del tan comentado «efecto Letizia», que hace que las prendas que luce sean las más deseadas. Este es el motivo de que apueste por firmas nacionales, que así logran una publicidad en nuestro país y en el extranjero impagable. Esta elección estilística no era baladí, ya que escogió un tejido ecosostenible. Al día siguiente volvía a apostar por el reciclaje y la sostenibilidad haciendo, de paso, un guiño familiar. Los reyes celebraron en el palacio de la Zarzuela un almuerzo en honor del presidente de la República de Chile, Sebastián Piñera Echenique, y Letizia escogió un vestido floral de dos piezas que pertenece a doña Sofía y que la emérita lució en un viaje oficial a Italia en 1981. En sus dos primeros actos volvió a lucir su calzado favorito, unos altos stilettos, dejando a un lado el calzado plano que fue la estrella de su fondo de armario durante la pandemia. Reciclado también era el vestido camisero en color azul de Pedro del Hierro que lució en la inauguración de una exposición en el Museo del Prado y que ha llevado en varias ocasiones, como cualquier mortal. Y repetido también fue el pantalón negro que lució en un colegio de Zuera, en Zaragoza, durante la inauguración del curso escolar en Aragón. Un momento muy especial para la reina, a la que le gustan mucho los niños. Letizia era recibida entre los aplausos de los vecinos y ella devolvía el gesto mostrándose cercana y hablando detenidamente con los mayores y con los alumnos. La misma simpatía de la que hizo gala en la Feria del Libro madrileña. Sabida es la pasión de la esposa de Felipe VI por la lectura y su sonrisa al recorrer las casetas se podía intuir tras la obligada mascarilla. En su periplo se mostró especialmente interesada por la lectura infantil, los libros en braille y la literatura colombiana, parándose a hablar con varias de las personas que se le acercaron.

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FRASE INTENCIONADA

Pero su renovado aplomo no es casual. La periodista Pilar Eyre asegura que las encuestas privadas de la Casa Real confirman que es el «activo más potente» de la institución, un dato que a buen seguro Letizia conoce y que ha sido vital para dar este paso adelante en su trayectoria, sabiéndose por fin querida y respetada por los españoles. En este sentido, dentro del discurso que ofreció en la Universidad Complutense pronunció una frase que es toda una declaración de intenciones: «50 años es una bonita cifra para intentar hacer las cosas bien en el lugar al que cada una nos corresponda». A ella le queda un año para cumplir esa cifra y lo que está claro es que, en este tiempo, seguirá dejándose la piel por ser la mejor reina.

La reina sabe mejor que nadie lo difícil que es prepararse para ser reina o formar parte de la familia real. No en vano, ella tuvo que hacerlo en muy poco tiempo. De ahí que sea la mejor maestra de 1 sus dos hijas, Leonor (15), que está estudiando en Gales, y Sofia (14). En todos los actos en los que han comparecido las adolescentes, se ha visto romo estas consultaban a su madre y que Letizia las seguía de cerca para guiarlas con la mirada en un gesto protector.

LA APRETADA AGENDA LABORAL DE LA REINA LETIZIA

Septiembre ha comenzado con mucho trabajo para la reina, que ha acudido a siete actos oficiales en once días. Una labor para la que llevaba tiempo preparándose porque antes del verano ya estuvo organizando su particular «vuelta al cole». Meticulosa y exigente como nadie, Letizia se prepara para cada acto institucional a conciencia, informándose sobre todo lo que considera importante.

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