Rompe su silencio en un documental en el que repasaré su vida y las polémicas que la rodean para poder «seguir viva». Toda una prueba de fuego porque falta por ver si sus explicaciones logran limpiar su maltrecha imagen pública.
«No soy amiga del conflicto. No me gusta la tensión. Soy dueña de mis silencios y esclava de mis palabras. Y a mí la esclavitud no me gusta», decía Rocío Carrasco (43) en el verano de 2016, poco antes de casarse con Fidel Albiac (48). Una actitud que ya no es la que rige su vida, puesto que ha decidido hablar alto y claro de todos los conflictos que la han rodeado en los últimos 25 años y que han ocupado los titulares de la prensa del corazón. Durante mucho tiempo el silencio había sido su única respuesta mientras personas de su entorno le imploraban que explicara su verdad para que el público entendiera su postura.
Una realidad que, según el documental, la ha llevado a vivir un infierno. Rocío asegura en esta serie que «para renacer hay que morir, como el ave fénix», y esa es la razón que la ha llevado a exponerse públicamente: cerrar los capítulos más oscuros del pasado y poder volver a empezar. Lo hace con la seguridad de estar en posesión de la verdad y tranquila con su conciencia afirmando: «Estoy convencida de que si mi madre estuviera viva estaría aquí a mi lado» Este motivo de su confesión no es creíble para algunos, como Antonio David (45), que apunta a que lo hace por dinero, ya que atraviesa un momento económico delicado. Sea como fuere, el título de la serie en la que cuenta su vida no deja lugar a dudas: Contar la Verdad para seguir viva. Un reclamo que apunta al enorme sufrimiento que ha padecido en los últimos 25 años en silencio, que son exactamente los que han transcurrido desde que se casara con el exguardia civil, con el que mantiene una guerra judicial desde que se separaron plagada de acusaciones y conflictos. Rocío Carrasco ha apostado fuerte y se lo ha jugado todo a esta carta, su gran oportunidad para explicarse, pero al mismo tiempo una enorme prueba de fuego con la que intentara ser comprendida y limpiar su imagen, muy maltrecha y denostada, pero que puede acabar haciéndola más daño si sus razonamientos no convencen al público o ella no es capaz de transmitir autenticidad, algo difícil en un formato tan guionizado y encorsetado como un documental.
LA PREGUNTA DEL MILLÓN
Son muchos los frentes que la hija de Rocío Jurado tiene abiertos, pero la gran piedra en su camino es su nula relación con sus dos hijos, Rocío (24) y David (22), algo que, a priori, parece difícil de explicar porque, ¿qué hay tan grave que pueda llevar a tomar esa decisión? Más aún cuando el supuesto enfrentamiento que tuvo con su hija ocurrió cuando esta tenía 15 años. Un altercado del que ninguna ha querido hablar nunca y que, al parecer, acabó con una orden de alejamiento de Rocío Flores a su madre por un supuesto maltrato. Un capítulo muy oscuro que, de ser aireado, quizá tampoco beneficiaria a la mujer de Fidel Albiac de cara a la opinión pública; ya se sabe, «un padre lo perdona todo». Rocío Flores ya es una mujer adulta y desde la madurez que dan los años ha pedido varias veces a su madre un acercamiento, que la llame y que retomen su relación, pero no ha obtenido respuesta ninguna. «Lo primero que haría si me encontrara con mi madre es darle un beso y un abrazo. Es una persona fundamental en mi vida», decía la joven al volver de Supervivientes el año pasado. Pese a ello, aseguraba que no se arrepentía «de nada» y consideraba que cuando una relación no es buena «es por ambas partes». Unas palabras que fueron muy criticadas por el entorno de la Carrasco, que si esperaba que entonara el mea culpa. La joven asegura que no tiene miedo a lo que pueda contar su madre, pero es de suponer que habría preferido tener un encuentro en privado con ella para arreglar sus diferencias y no enterarse por televisión de las razones que la llevan a no querer saber nada de ella. Pero si inexplicable es para muchos que no haya tendido la mano a su hija mayor, más lo es que tampoco tenga relación con el pequeño, David. El joven es una persona muy sensible y cariñosa».que echa mucho de menos a su madre y desea hablar con ella, tal y como contó Antonio David cuando su hijo cumplió 22 años. Lo cierto es que el benjamín de la familia también quiso mudarse con su padre al llegar a la mayoría de edad, siguiendo los pasos de su hermana, porque no se encontraba cómodo con su madre, tal y como desveló Amador Mohedano: «Los niños se sentían cohibidos, se sentían mal, los encerraban en la habitación No estaban a gusto ni felices en esa casa», afirmó al respecto señalando que Fidel les castigaba a menudo. No en vano, muchos miembros de la familia de Rocío miran a su marido con recelo y le culpan de su alejamiento familiar, como han verbalizado. «La ruina de Rocío Carrasco es Fidel y no hay otra», aseguraba Amador preguntándose, de paso, por qué todas las propiedades de su sobrina están a nombre de su marido.
EL DINERO POR MEDIO
Lo cierto es que Rocío ha roto por completo el contacto con toda su familia. Para Ver una imagen de la Carrasco con los Mohedano hay que retrotraerse a la inauguración del mausoleo de Rocío Jurado en 2007, un año después de su muerte, porque a raíz de la muerte de la artista, su hija se fue alejando poco a poco hasta cortar la relación. Tardaron cuatro años en firmar la herencia de la chipionera, que beneficiaba a toda su familia, tanto a sus hijos como a sus hermanos, pero no logró que todos fueran felices. El reparto fue el comienzo del fin. Tanto su tío Amador como su tía Gloria, que la crio como una hija más, han reconocido que este tema desató los roces con Carrasco, pero a día de hoy siguen sin explicarse por qué su sobrina simplemente desapareció. La teoría que explicaría este distanciamiento apunta a que la mujer de Fidel estaba cansada de que todos se beneficiaran del trabajo de su madre, aunque otra posibilidad es que se sintiera abandonada tras su muerte o que no perdone que todos hayan apoyado a Antonio David como padre y se hayan posicionado a su lado. Y si bien es cierto que algunos, como Amador, si han acudido a los platos para hablar de ella y cobrando, su tía Gloria, por ejemplo, jamás se ha lucrado con este asunto. Discretísima siempre, sus únicas palabras fueron vía telefónica en ‘Sálvame‘, de forma gratuita, para defender a Rocío Flores y su hermano: «¿Hay algo más fuerte que se pueda hacer que ignorar a sus hijos? ¿Hay algo peor que sentir unos hijos que su madre los ignora? No han hecho nada para merecer esto».
EL ADIÓS A SUS HERMANOS
Rocío Carrasco explicaré ahora qué es lo que la ha motivado a romper los lazos con toda su familia, algo que su madre se ocupó de cuidar y cultivar durante toda su vida. También por qué no mantuvo el contacto con sus hermanos, Gloria Camila (25) y José Fernando (28), que eran solo unos niños cuando se distanció de ellos. En este caso no pudo ser por la herencia, ya que ella fue la beneficiada al ser nombrada heredera universal. La hija de Jose Ortega Cano (67) nunca se ha explicado por qué del día a la noche dejó de tener una hermana mayor y, aunque siempre se ha posicionado al lado de su sobrina Rocío y ha llegado a decir que la Carrasco «no significa nada» para ella y que cree que «no es buena madre», recuerda con añoranza como «cuando era pequeña la quería» y ha asegurado que nunca le negaría tener una relación. Rocío Carrasco ha dado un paso al frente que no tiene marcha atrás y que cambiara para siempre la imagen que el público tiene de ella, para bien o para mal. Será el precio que tendrá que pagar para «renacer».
El papel de Fidel
El marido de Rocío Carrasco, Fidel Albiac, lleva a su lado 22 años y siempre ha sido su mejor apoyo en lo personal y en lo profesional, ya que ambos han trabajado mano a mano en el musical sobre la chipionera Qué no daría yo por ser Rocio Jurado Lo cierto es que el abogado siempre ha sido un gran desconocido y muchos le han señalado como el causante de todos los males de su mujer por no haber favorecido la relación de la hija de la Jurado con sus dos hijos.
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