El marido de Cristina de Borbón trabaja como asesor empresarial en un bufete de abogados, duerme cuatro noches en prisión y pasa los fines de semana en casa de su madre.
Después de obtener el tercer grado penitenciario, Iñaki Urdangarin (53) puede decir alto y claro que ha vuelto a casa. Y es que el marido de Cristina de Borbón (55) ha abandonado la prisión de Brieva, en Avila, y ha empezado una nueva vida en Vitoria, la ciudad en la que se crio y en la que reside su madre, Claire Liebaert (85). Precisamente en su domicilio pasa ahora los fines de semana mientras completa su condena por el caso Noos. Se trata de una casa situada en Ciudad Jardín, una urbanización privada en una de las mejores zonas de la capital vasca que cuenta con 27.000 metros cuadrados de zonas Verdes comunitarias. El piso —que tiene un amplio salón, una cocina con terraza, varias habitaciones y tres baños completos— está valorado en la actualidad en unos 600.000 euros. Allí, el exduque de Palma disfruta de la compañía de la mujer que le trajo al mundo, así como de tranquilos paseos por el parque o en bicicleta, pequeñas compras cotidianas como las del pan y alguna salida a tomar unos pinchos. Sin lugar a dudas, toda una alegría para Liebaert. «Estamos muy contentos. Le cuesta un poco volver a la normalidad y a la realidad, pero poco a poco. Por lo menos, ahora estoy acompañada y me cuida», asegura feliz la suegra de la infanta, quien también ha explicado que su nuera y sus nietos aún no pueden viajar a Vitoria por la pandemia.
REGRESO A LOS DESPACHOS
De lunes a viernes, Iñaki duerme en la cárcel de Zaballa y trabaja como asesor empresarial en el bufete de abogados Imaz & Asociados. Por otro lado, estaría buscando un equipo de balonmano al que entrenar para seguir con la labor solidaria que inicié en el Hogar Don Orione de Madrid.
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