La noche de amor y pasión de Ivana Icardi y Hugo Sierra

vana Icardi y Hugo Sierra consuman su venganza y se besan apasionadamente en la noche y piden tener una hora sin cámaras

Hugo empezaba y se sorprendía con sus sentimientos reconociendo que:

“Para mí era imposible conocer a alguien aquí”

Hugo e Ivana se sintieron atraídos desde el primer momento. Tenían muchas cosas que les unían y todo ha ido a mas..

Ayer empezaron bromeando con la diferencia de edad, pero ambos tenían claro que eso era una solmene estupidez-

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Acaba de emperzar ‘Supervivientes 2020’ y el amor y la venganza ha irrumpido con fuerza.

¿Donde?

¡Pues entre Hugo Sierra e Ivanna Icardi!

Los dos concursantes han dejado salir una pasión desbocada y tras unos primeros besos de película bajo el cielo estrellado hondureño se han dejado llevar y se ha colmado de caricias y de frases susurradas.

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Por la noche, Hugo Sierra en su papel de dios, debía dormir en el santuario y lo ha hecho… aunque muy bien acompañado.

Ivana acudía al lado de Hugo y se acurrucaba a su lado mientras se regalaban caricias y tonteaban sin importar el mañana.

“Ni soñándolo ¿sabes? Venir aquí a una cosa de supervivencia y acabar conociendo a alguien para mí era imposible”, comentaba Hugo sobre los sentimientos que están aflorando.

“Nada es imposible”, respondía Ivana mientras miraba a Hugo llena de deseo.

Ambos bromeaban entre risas con la diferencia de edad (Hugo tiene 46 años e Ivana 24) pero Hugo ha asegurado que, para él, eso es una “estupidez”:

“Es raro porque yo me dejo llevar pero te veo a ti ese temor que no te deja seguir para adelante”, le decía Hugo a Ivana

“Es como miedo a sufrir, no sé”, ha explicado Ivana.

La argentina ha aclarado que nunca ha tenido malas experiencias con sus exparejas pero sí con “hombres de mierda” (Gianmarco?).

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“Tendrías que abrirte un poco más”, bromeaba Hugo y sacaba una picara sonrisa en Ivana.

Los dos hablaban de tener una hora sin cámaras y, el deseo iba aflorando, hasta que han comenzado a besarse y a acariciarse muy ardientemente, dejándose llevar bajo la luna de las playas de Honduras.