El 29 de noviembre de 2024, el Rey Guillermo Alejandro, la Reina Máxima y sus hijas, la Princesa Amalia, la Princesa Alexia y la Princesa Ariane, participaron en la tradicional sesión fotográfica de otoño, que este año tuvo lugar en el histórico Begijnhof de Ámsterdam. Este icónico lugar, uno de los hofjes más antiguos de la ciudad, fue elegido como homenaje al 750 aniversario de la fundación de Ámsterdam, un hito significativo en la historia de los Países Bajos.
Begijnhof: un símbolo histórico y cultural de Ámsterdam
El Begijnhof, situado en el corazón de Ámsterdam, es una joya arquitectónica con más de 600 años de historia. Se trata de un patio rodeado de viviendas históricas que, en sus inicios, servía como residencia para mujeres religiosas conocidas como beguinas. Estas comunidades, que datan de la Edad Media, proporcionaban un espacio seguro para mujeres solteras o viudas que deseaban vivir en devoción y servicio sin unirse a una orden monástica formal.
A lo largo de los siglos, los hofjes, como el Begijnhof, evolucionaron para convertirse en viviendas asistenciales financiadas con fondos privados, una forma pionera de seguridad social en los Países Bajos. Hoy en día, aunque muchos hofjes permanecen en uso, el Begijnhof es especialmente conocido por su conservación histórica y su belleza arquitectónica.
Un encuentro familiar lleno de elegancia
La sesión fotográfica en el Begijnhof fue un momento especial para la familia real, que posó en este entorno cargado de historia. La Reina Máxima destacó con un elegante abrigo de lana y cachemir de la colección Otoño/Invierno 2021 de Natan, reflejando su característico estilo refinado. Por su parte, las princesas también brillaron con looks modernos:
- La Princesa Amalia optó por un abrigo de lana melange de Massimo Dutti, hecho a mano, que combinaba sobriedad y sofisticación.
- La Princesa Alexia lució un abrigo de mezcla de lana con cinturón de Zara, mostrando su inclinación por la moda accesible y actual.
- La Princesa Ariane, la menor de las hermanas, complementó la armonía familiar con un atuendo igualmente estilizado, aunque más sencillo.
El Rey Guillermo Alejandro, por su parte, vistió un conjunto formal pero relajado, acorde con el tono de la ocasión.
La tradición de las sesiones fotográficas reales
Estas sesiones fotográficas son una tradición profundamente arraigada en la familia real holandesa. No solo permiten a la ciudadanía conectar con los miembros de la familia real, sino que también sirven como un símbolo de cercanía y transparencia. La elección de lugares icónicos, como el Begijnhof este año, resalta la riqueza cultural y patrimonial de los Países Bajos, recordando el importante rol de la monarquía en la promoción de los valores e historia del país.
Celebrando 750 años de Ámsterdam
La elección del Begijnhof como escenario para la sesión no fue casual. Este año, Ámsterdam celebra su 750 aniversario, un evento que pone en valor la rica historia de una ciudad conocida mundialmente por su diversidad cultural, sus canales y su vibrante espíritu. La familia real, al participar en esta sesión en un lugar tan emblemático, rindió tributo a la importancia histórica de la capital y su contribución al desarrollo de los Países Bajos.
La conexión entre moda, realeza y patrimonio
La sesión fotográfica no solo destacó por su contexto histórico, sino también por la moda elegante y cuidadosamente seleccionada de cada miembro de la familia real. La Reina Máxima, conocida por su impecable gusto y su capacidad para mezclar alta costura con moda accesible, volvió a ser el centro de atención. Sus elecciones estilísticas, junto con las de sus hijas, reflejan una combinación de tradición y modernidad, valores que también se ven en el enfoque de la monarquía hacia su papel en la sociedad.
de Zara
Massimo Dutti
de NATAN
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