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Kiko Hernández roto tras en fallecimiento de su amiga Begoña: «Quiero desaparecer»

El colaborador toca fondo y abandona ‘Sálvame’ tras unos meses durísimos en los que ha perdido a tres personas muy importantes. «Llevo un año que no puedo más… se me junta s un duelo con el otro y reviento», confesé.

Hace casi dos décadas que Kiko Hernández (45) apareció en televisión como un concursante anónimo de ‘Gran Hermano’ y desde entonces se ha ido abriendo paso en este medio tan complicado, convirtiéndose por mérito propio en uno de los colaboradores más cotizados e imprescindibles de Telecinco.

Amado y odiado a partes iguales, su forma de ser, su vehemencia a la hora de exponer sus argumentos y sus famosas ‘bombas’ informativas son sus señas de identidad en ‘Sálvame’.

Pero, a pesar de llevar años colándose en los hogares de todos los españoles, sigue siendo uno de los colaboradores más enigmáticos porque siempre ha protegido su vida privada con mucho celo.

A diferencia de algunos de sus compañeros, no suele acudir a eventos ni fiestas donde sabe que va a haber prensa. Tampoco es habitual que comparta sus sentimientos en público, pero la muerte de una de sus íntimas amigas, Begoña Sierra -fundadora del Bingo Las Vegas-, a la que ha calificado «como una segunda madre», hizo que Kiko se rompiera en el plató de su programa.

TRISTE Y ENTRE LAGRIMAS

Visiblemente afectado, con la Voz temblorosa y con el dolor marcado en el rostro, explico que, aunque su amiga estaba enferma desde hacía tiempo, no se esperaba un desenlace tan repentino. Sin todavía creerse que ya no esté aquí, reveló que habían quedado para verse y, entre lágrimas, confeso a la audiencia el difícil momento anímico en el que se encuentra. Y lo hizo de forma sincera, franco, directo y dejando salir el inmenso dolor que siente.

«Llevo un año que no puedo más. Se me junta un duelo con el otro y reviento. No soy de tomar pastillas, pero el lunes me tomé varios lexatines porque no sabía donde estaba. Se me fue la cabeza. Sabes que son enfermedades que va a llegar un final, pero que sea tan deprisa… Antes de Mila falleció una tía mía; luego, Begoña. No estoy acostumbrado a la muerte y que de pronto se me muera tanta gente de golpe… No procesas un luto y ya estas con otro», se lamentó reconociendo la dureza de los últimos meses, lo que le ha llevado a tomar la decisión de “descansar un tiempo» y abandonar su puesto de trabajo, «Por mi salud mental, necesito parar. He tenido ideas raras en mi cabeza. Necesito una semana, quince días, respirar… Me pasa cualquier cosa, que es una chorrada, y se me hunde el mundo, y tengo dos personas que tengo que sacar adelante. Tengo que estar bien mentalmente porque, si yo no lo estoy, tampoco lo estarán las personas que están a mi cargo», comentó desolado haciendo referencia a sus dos hijas, Jimena y Abril, de 4 años, que son el centro y el motor de su vida.

La tristeza que siente Kiko es tan grande que pedía públicamente a sus directores que le dejaran unos días «para reflexionar», sin descartar que volviera a acudir a terapia con un profesional, algo que ya hizo en 2012, cuando se ausentó unos meses del magacín vespertino al sentirse deprimido.

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«Quiero desaparecer. Ya quería descansar y después de lo de Begoña hay momentos que no tienes ganas ni de levantarte de la cama», explico sin poder contener las lágrimas y abandonando el plató para no volver, cabizbajo tras pedirle permiso a sus superiores y dejando a sus compañeros muy preocupados y casi sin palabras.

MIEDO POR LA PANDEMIA

Lo cierto es que, desde que comenzó la pandemia sanitaria, Kiko no ha levantado cabeza emocionalmente. En los meses del confinamiento no acudió a su puesto de trabajo por el miedo que temía a contagiarse, tal y como confesé, algo que condicionó por completo su día a día y que le llevé a lavarse las manos de forma compulsiva e incluso a sentir «hormigas en la cara».

«Recuerdo hasta cuatro noches sin dormir, fui al médico y me desplomé, terrible», relató a su vuelta al programa.

Algo que coincidió con la enfermedad de su gran amiga Mila Ximénez y que provocó que la dolencia que padece Kiko desde los 35 años, la artritis psoriácica, se agravara. Y es que, tras aparecer en ‘Sálvame’ varios días con sus manos cubiertas con unos guantes y en una silla de ruedas, se vio obligado a contar a la audiencia el motivo, desvelando así que sufre una dolencia degenerativa y autoinmune desde hace una década que le produce muchos dolores en las articulaciones y que se agrava en las situaciones de alto estrés y ansiedad.

OBLIGADO A MUDARSE

De esta manera compartía con los espectadores uno de sus secretos mejor guardados y desvelaba que era el motivo que le había llevado a cambiar de casa el pasado verano abandonando su antiguo hogar con mucha pena, ya que era el sueño hecho realidad del colaborador y donde sus hijas vivieron sus primeros años.

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Pero las tres plantas que tenían la casa se habían convertido en un gran obstáculo para él. «No podía ni subir las escaleras. Había noches que me quedaba en el salón porque era incapaz de subir cuatro pasos», explicó el tertuliano, que ahora vive en un chalé en una exclusiva urbanización madrileña que tiene unos 3000 metros cuadrados de parcela y 700 metros cuadrados construidos y en la que puede hacer vida sin moverse de la planta baja.

Solo los que conviven con una enfermedad de este tipo saben lo que supone y la incertidumbre que provoca no saber como avanzara, ya que al ser degenerativa va limitando de forma progresiva el movimiento de las zonas afectadas.

Ya en 2017, cuando nacieron sus hijas por gestación subrogada en Estados Unidos, el colaborador comentó que no podía mover una mano porque le daban «pinchazos» y tenía «los dedos casi inmóviles», algo que revelé para verbalizar su gran temor: «Me da miedo que se me caiga una de mis hijas».

Unas niñas a las que siempre ha protegido y que son su gran preocupación, ya que siempre ha querido mantenerlas al margen de su fama y que crezcan en el anonimato. Precisamente fue su amiga Begoña quien le acompañó a California cuando las pequeñas nacieron y ahora ella ya no esta. Tampoco su íntima Mila, que fue una de las primeras personas que conocieron a las niñas y con la que mantenía una relación casi de hermanos.

Dos pérdidas irremplazables a las que se une otra muerte familiar, lo que ha hecho que ya no pueda más.

SU VUELTA, EN EL AIRE

Todo parece indicar que la ausencia de Kiko no se limitara solo a unos días, ya que cuando abandono el programa para someterse a una terapia psicológica, hace 9 años, estuvo varios meses apartado de la televisión y no sería mucho aventurar que, pueda ocurrir de nuevo. Él, mejor que nadie, sabe que para tocar fondo y resurgir de tus propias cenizas hace falta tiempo. Pero nadie duda de que conseguiré reponerse, sanar sus heridas y seguir dando lo mejor de sí mismo en ‘Sálvame’, que, seguro, notara su ausencia.


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