Etiqueta: Karlos Arguiñano

Este guipuzcoano lleva más de tres décadas encandilando a los telespectadores con su cocina tradicional y su particular sentido del humor, pero no todo ha sido un camino de rosas en estos años. «La televisión me rescató», confiesa agradecido. Septiembre no es un mes cualquiera en la familia Arguiñano. El día 6 su patriarca, Karlos, cumple 74 años. Y, aunque ese ya sería un motivo suficiente de celebración, en su caso, puede presumir de que esta nueva vuelta al sol coincide con uno de sus grandes momentos personales y profesionales. Su programa, 'Cocina abierta con Karlos Arguiñano, sigue siendo uno de los buques insignia de Antena 3. Sus recetas sencillas, con productos de temporada y cocina mediterránea, han encandilado a los telespectadores durante tres décadas. Pero no solo su cocina sigue enganchando al público. Su cercanía, gracejo y sentido del humor son parte del motivo de esa fidelidad que el público le mantiene hoy por hoy. MOMENTOS DIFÍCILES para KARLOS ARGUIÑANO Este apoyo le ha permitido, además, hacer crecer su patrimonio, mediante libros -ha publicado más de 50-, restaurantes, programas -en tres cadenas diferentes-, bodegas, equipo de motos y, en los últimos años, con la inclusión de parte de su familia en sus mediáticos negocios. Sin embargo, durante estos años no todo han sido luces y focos. «La Televisión me rescató», confiesa el chef vasco sin ocultar las enormes Deudas que estuvieron a punto de hacerle perder su primer restaurante, que posteriormente convirtió en hotel. Fueron momentos complicados que logré solventar gracias, en parte, a Maria Luisa Ameztoy, a la que cariñosamente llaman Luisi, su inquebrantable compañera de vida desde que en 1974 se unieron en matrimonio. «Eran momentos difíciles, debíamos mucho dinero, pero yo siempre he dado la cara», ha reconocido esta, emprendedora de Zarautz, que tuvo que renunciar a su sueño de estudiar por ayudar a su familia. “Nuestra madre ha sido la 'alma mater' de toda la empresa desde el principio», dice de ella su hijo Martin, mientras que el chef, para el que ha sido brújula durante estos 48 años de unión, afirma que «ha sido una capitana toda su vida». Pero, aparte de las dificultades financieras iniciales, si hay algo que marcó al matrimonio fue la pérdida y de los dos primeros hijos que esperaban. «Con siete meses se nos murieron los dos niños. Y mi mujer lloraba y lloraba. Y yo animándola, Tranquila, que tienes un pedazo marido, esto lo vamos a volver a intentar las veces que haga falta», ha contado él. Luego vinieron otros seis y una, Maria, que decidieron adoptar. En la actualidad, cinco de ellos se dedican al negocio familiar y llevan las riendas de todo el complejo, KA, ubicado en Zarautz y en el que comparten espacio una cafetería, un restaurante (en marcha desde 1979) y el hotel (abierto en 1990). Cuando nadie le ve, Karlos disfruta de sus 11 nietos, para los que cocina cada domingo en casa, aunque entre risas reconozca que tiene problemas para recordar sus nombres: «Hay una Uxue, otros con nombres de ríos africanos, Kemen y Yua… A ver quién lo supera!». Sin duda, genio y figura siempre.

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