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Julio José Iglesias y Charisse: Un divorcio complicado

Julio José Iglesias y Charisse: Un divorcio complicado

Tras la presentación de la demanda por parte de la modelo, el cantante ha rechazado las exigencias de su expareja y podría estar decidido a poner las cartas sobre la mesa.

Aunque nada más conocerse la noticia Julio José Iglesias (48) remarcó que su divorcio de Charisse Verhaert (38) tras casi veinte años de amor iba a ser «amistoso», en pocas semanas se ha demostrado que va camino de ser uno de los más mediáticos y complicados de los últimos años. En primer lugar porque fue la propia modelo belga, con la que todavía reside bajo el mismo techo, la que interpuso la demanda. Aunque no había trascendido hasta ahora, Charisse la presentó el pasado 3 de agosto en la Corte de Miami y en ella la hasta ahora discreta nuera de Isabel Preysler (70) solicitaba 1a declaración de bienes de su todavía marido.

Además, en las más de 170 páginas de documentación reclama el reparto equitativo de los bienes obtenidos durante el tiempo que duro su matrimonio, así como el uso exclusivo de la vivienda conyugal, una mansión situada en Miami Beach y valorada en un millón de dólares (823.000 euros). También pide al cantante alrededor de 7000 euros de manutención (8865 dólares) al mes para cubrir todas sus necesidades. Una partida en la que la modelo contempla 714 euros para comida; 200 para restaurantes; 100 para el teléfono; 400 para el coche; 700 del seguro médico; 700 para la comida de su mascota -cuya custodia también tienen que negociar- y 4300 para vacaciones, vestuario, gimnasio y cosméticos. Una nada despreciable asignación que la joven cree merecer después de dejar «a un lado su carrera como modelo para convertirse en ama de casa a tiempo completo». Como era de esperar, la respuesta de Julio Iglesias Jr. no se ha hecho esperar.

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DURO CONTRAATAQUE

Además de negarse a facilitar la documentación económica que le ha solicitado hasta en dos ocasiones, el cantante ha presentado una contrademanda donde alega que varios de los bienes que posee son previos al matrimonio, por lo que considera que la belga «no tiene derecho a pedir el uso y disfrute de su casa». Será el próximo 22 de abril cuando el juez escuche ambas versiones y fije las condiciones de una separación que parece que seguiré dando bastante que hablar.


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