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José Ortega Cano y Ana Maria Aldón, a un paso de la separación

La diseñadora está hundida y «muy mal» después de que su marido le reprochara públicamente su comportamiento y su entorno asegura que, aunque no quiere divorciarse, ya no aguanta más.

Dicen que el amor todo lo puede, pero no debe de pensar lo mismo, Ana Maria Aldón (44), que, tras luchar por su matrimonio y por su marido, José Ortega Cano (68), con unas y dientes desde el comienzo de su relación, sigue sin ver que el diestro le dé el sitio que ella reclama públicamente, tanto en su vida como en su corazón.

Un grito de socorro que la gaditana ha lanzado tras años en un discreto segundo plano, siempre con una sonrisa en los labios y aparentando una felicidad completa que, al parecer, no sentía. Según su entorno, su matrimonio pende de un hilo y su fin estaría más cerca que nunca, ya que la diseñadora ha «tocado fondo».

Tanto es así que habría buscado ayuda médica y apoyo psicológico, puesto que su estado anímico es muy delicado. Así lo explicaba Carmen Borrego (55), compañera de trabajo de la diseñadora en ‘Viva la vida’, que la llamó a instancias de un amigo común que la alertó sobre la situación

«Cuando oye a su marido entrar en ‘Ya son las ocho’, ella se ha venido abajo. Está muy mal. Estoy preocupado de lo mal que está». Algo que pudo confirmar la hija pequeña de la Campos. «Tenía la Voz ahogada en el llanto. Ana Maria no era capaz de articular palabra, la he tratado de tranquilizar y ella se ha sincerado», relataba Carmen desvelando lo que la diseñadora le contó.

«No puedo más, en mi casa manda más Marina (la persona del servicio) que yo, en mi casa manda más Gloria Camila que yo. Yo, para hacer cualquier cosa, tengo que pedir permiso a mi marido», asegura la Borrego que le explicó su compañera lamentándose amargamente. «Está muy mal. Pero ella no quiere separarse de su marido, quiere que él le dé su sitio. Me han pedido que haga esto público porque es la única forma de ayudar a Ana Maria», expresaba la hermana de Terelu (56).

“QUE ME DEJEN VIVIR”

Un noble intento, pero que no parece que vaya a tener por parte del diestro la respuesta que ella lleva tiempo buscando. Más aún después de la citada llamada de Ortega Cano al programa en el que trabaja su hija, Gloria Camila (26), para reprender públicamente a esta y a su esposa por las desavenencias que han mostrado de modo público. Muy enfadado, el maestro estallaba «A mi hija y a mi mujer les pido que me dejen vivir tranquilo, que dejen de hablar de mí. Estoy con una y con otra, quiero que sean felices y estén contentas, pero que me dejen a mí vivir»

El diestro continuó su exposición ante el rostro de estupor de los presentes en plató: «No se puede ser buena persona como yo soy y es la primera vez que digo esto. Pido a todos los míos, a Gloria, que la quiero a morir, y a mi mujer, que está en la cocina y que la quiero a morir, que quiero que me dejen, que yo haga mi vida».

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E insistía en su idea de no posicionarse en ninguno de los dos bandos: «Se lo diré a Ana Maria, igual que se lo estoy diciendo a Gloria… Tiene que ir a la televisión y trabajar, pero que intenten dejar mi nombre a un lado. Estoy regular de salud y con todo, pues ya un día me va a dar un patatús».

La llamada, como explicó el diestro, se produjo sin que Aldón lo supiera, aunque estaba en la habitación contigua a la suya. Y esta ha sido la gota que ha colmado el vaso de la gaditana, que ha dado un golpe en la mesa y habría puesto tierra de por medio, trasladándose a Sanlúcar de Barrameda para estar con su madre, Celia, que está muy delicada de salud.

Su entorno asegura que necesita refugiarse en los suyos, en su familia de sangre, y ella misma lo corroboró colgando un significativo mensaje en las redes sociales. «Mi vida, de la que no se habla, de la que pocos saben y por la que doy hasta mi última gota de sangre», escribió junto a una imagen con su nieta, hija de su primogénita, Gema. Lo cierto es que en los últimos meses la diseñadora ha sido muy criticada por haber concedido dos jugosas exclusivas que no han sido entendidas por muchos, pero que no dejan de ser una llamada de atención pública y una forma de reclamar el cariño de su marido, tal y como la propia protagonista ha reconocido.

Pero, lejos de lograr su objetivo, parece que sus palabras y su dolor han causado el efecto justo contrario, y el diestro ya ha dejado claro que no se va a posicionar y solo quiere mantenerse al margen de cualquier polémica. Esto ha supuesto un golpe muy duro para Ana Maria, que dejó su vida entera y a su familia por él hace diez años.

MUCHOS DESPRECIOS

Y no únicamente eso, la diseñadora tuvo que enfrentarse a la oposición de casi todos los familiares de José, que pensaban que era una interesada que quería aprovecharse de la fortuna del diestro. El hecho de que se llevaran 23 años de diferencia y que ella se quedara embarazada tres meses después de conocerse no facilitó las cosas. Los desplantes y desprecios que recibió hicieron que cayera en una depresión que, según ella misma confesó, pudo «costarle la vida».

Pero Aldón estaba enamorada y siguió contra viento y marea al lado de Ortega Cano, que un año después del nacimiento de su hijo en común entro en la cárcel para cumplir una condena de dos años, seis meses y un día de prisión por un delito de homicidio imprudente y conducción temeraria. Fue ella quien le visitó en la cárcel, le consoló y no le soltó de la mano. Una prueba evidente de sus sentimientos.

Ana Maria era el paradigma de la mujer de un torero, discreta y siempre en un segundo plano, pero todo cambió hace dos años. En 2020, Aldón dio un paso al frente y, por sorpresa, salió de su zona de confort para participar en ‘Supervivientes’ y mostrarle a España entera como era en realidad, dejando de ser la esposa de Ortega para pasar a tener su propia identidad bien diferenciada. Un empoderamiento que demostró que, lejos de ser una mujer tímida y apocada, tenía bastante carácter y las ideas muy claras.

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Su ‘bautismo’ televisivo la llevó a ser contratada por el programa ‘Viva la vida’, desde cuyo plató ha ido dando pinceladas de su intimidad con Ortega. Pero esta búsqueda de reafirmación personal no sería el único motivo de su trabajo televisivo, ya que, según Carmen Borrego, tras ello también hay un interés económico. «Ella lo dejó todo por Ortega Cano, su frutería. Nos reímos de la frutera, pero ella se embolsaba todos los meses tres o cuatro mil euros y ayudaba a toda su familia. Ahora él no la ayuda nada, por eso ella tiene que buscar trabajo», aseguraba avanzando también que hay muchas más sombras en el matrimonio: «Cuando sepamos todo, nos vamos a llevar las manos a la cabeza».

GUERRA ABIERTA

Su fría relación con Gloria Camila quien dijo de ella que no es ni su madre ni su madrastra ni su amiga después de que la joven criticara los diseños de la gaditana en la Sálvame Fashion Week , calificándolos como para «personas mayores» tampoco ha facilitado las cosas, ya que no es un secreto que la joven es el ‘ojito derecho’ de su padre y las malas lenguas dicen que el diestro se lo consiente todo.

Gloria Camila, por su parte, ha acusado a la mujer de su padre de utilizar su nombre para dar titulares y de mostrarse poco afectuosa con el torero cuando este acudió a la Sálvame Fashion Week para darle un ramo de flores tras su debut como diseñadora. Otra muestra más de que la relación entre ambas es nula fue en la graduación del máster de moda que la joven ha estudiado. La hija pequeña de la Jurado podía invitar a dos personas como acompañantes y eligió a su padre y a Marina, la mujer que trabaja en la casa familiar, como testigos de este día tan especial para ella.

Por si fuera poco, sobre Ana Maria también planea el ‘fantasma’ de Rocío Jurado, a la que Ortega ha calificado muchas veces como «el amor de su vida» «Me preguntó qué pensará el día de mañana mi hijo cuando oiga a su padre decir que el amor de su vida era Rocío», se preguntaba la diseñadora apenada y cuestionando qué papel desempeña en realidad en la vida de su marido.

No en vano, la entrada de su casa la preside un cuadro de la cantante, fallecida en 2006, y el torero continúa escuchando las canciones de la chipionera, que resuenan por todo su hogar. Por eso, no es de extrañar que Ana Maria clame a gritos un sitio preferente que se ha ganado a pulso en estos años. Algo que no parece tan evidente para el diestro y que podría acabar en divorcio.


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