La vida de los famosos no es tan glamourosa como parece, y si no, que se lo digan a Ivonne Reyes, quien ha decidido abrirse en canal y contar la pesadilla que está viviendo.
Un drama de proporciones XXL
Lo adelantó TardeAR y lo confirmó en exclusiva Lecturas: la presentadora venezolana está en el peor momento de su vida. “Estoy arruinada y en tratamiento psiquiátrico”, confiesa sin filtros. Y ojo, porque la cosa no acaba aquí.
Su crisis económica no es un rumor, es un hecho. Según ella misma ha revelado, su situación es tan crítica que ha tenido que acogerse a la famosa Ley de la Segunda Oportunidad para librarse de las deudas. “Empiezo de cero”, dice con resignación.
La pandemia: el principio del fin
Si bien su situación ya venía tambaleándose, el golpe definitivo llegó en 2020 con la pandemia. “Ahí tuve el quiebre. Estuve a punto de morir con una septicemia y, desde entonces, todo fue cuesta abajo”, confiesa. Pérdida de energía, desmotivación y una espiral de problemas que la llevaron a tomar decisiones fatales.
Casas, negocios fallidos y… ¡más pérdidas!
Aquí viene la parte donde se nos pone la piel de gallina. Ivonne confiesa que llegó a tener tres casas y lo perdió todo. “Me metí en negocios fallidos. ¡Me he dejado tanto dinero en tan malas gestiones!”, dice con un evidente tono de frustración.
Pero, ¿cuánto dinero se ha esfumado de su cuenta bancaria? Más de 100.000 euros, según sus propias palabras. Y no, no es que se lo haya gastado en bolsos de lujo y coches deportivos. Simplemente, el dinero se le ha escurrido entre los dedos en proyectos que resultaron ser un desastre.
“No seguiría viva”
Lo más preocupante de todo es su estado emocional. “Me he permitido caer, tocar fondo”, confiesa. Y lo dice con una crudeza que pone los pelos de punta. “No seguiría viva”, añade, dejando claro el dolor extremo que ha sufrido en este proceso.
Ahora, intenta salir a flote con ayuda profesional. La psiquiatría y la ley de la segunda oportunidad son sus salvavidas en este mar de deudas y desesperación.
¿Podrá Ivonne Reyes reinventarse y volver a brillar? ¡Tiempo al tiempo!

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