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ISABEL PANTOJA MUY PREOCUPADA POR SU SALUD

La tonadillera esté muy afectada por la situación que se esté viviendo en el país y se ha aislado completamente.

«No tiene ganas de nada», afirma su entorno.

 

Cuando parecía que Isabel Pantoja (63) había vuelto a renacer, tanto personal como profesionalmente -gracias a su participación en ‘Supervivientes 2019″ con una gira de conciertos por delante y su colaboración en ‘Idol Kids‘ como miembro del jurado-, la crisis provocada por la pandemia de coronavirus la ha obligado a recluirse en Cantora. Y esta situación no ha afectado solo a sus proyectos laborales, sino que, además, estaría debilitando y mucho el ánimo de la cantante. Según ha asegurado la periodista Paloma García Pelayo, la tonadillera está muy preocupada y muy asustada por la situación sanitaria que está atravesando el país.

Tal es el pánico que sufre a poder enfermar o que lo hagan los suyos que su miedo ha derivado en un trastorno psicológico al que los expertos llaman el ‘síndrome de la cabaña’ -que está afectando a muchas personas-, una ansiedad extrema ante la idea de salir de casa por sentirse desprotegida.

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«No tiene ganas de nada; está muy afectada por la situación, por las muertes, por el sufrimiento de la gente, porque siguen apareciendo infectados… No va a salir de casa y le ha pedido a sus hijos, Kiko (36) e Isa (24), que tampoco salgan. Tiene mucho miedo», afirma la periodista, que explica que la artista se encuentra confinada en casa junto con su madre, dona Ana (88) -cuyo estado de salud es delicado-, su inseparable hermano Agustín (55), que Vive en una zona independiente, y su asistente, que ejerce de cuidadora de su madre y es la encargada de hacer la compra y de que no les falte de nada.

Por eso, en Cantora desde hace dos meses no entra ni sale nadie.

La finca, que Isabel heredó tras fallecer Paquirri, está cerrada a cal y canto, puesto que es el único lugar donde la tonadillera se siente fuera de peligro. Por eso no está dispuesta a abandonarla de momento por mucho que las medidas del estado de alarma empiecen a relajarse.

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Lo cierto es que no es la primera vez que esta casa se convierte en su refugio. Pantoja también vivió recluida en ella dos años tras salir de prisión, mientras intentaba reponerse emocionalmente y encontrar las fuerzas necesarias para enfrentarse a su regreso a la escena pública. En esta ocasión la historia se ha repetido, aunque su angustia ahora tiene una motivación bastante distinta a la de entonces.




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