Ion Aramendi vs. Cayetano Martínez de Irujo: un beef de etiqueta nobiliaria

¡Paren rotativas, que esto se pone jugoso!
Ion Aramendi, el tipo simpático que hoy presenta Supervivientes pero que en sus días mozos fue reportero de Sálvame, se ha soltado la melena y ha confesado algo que ya olía desde lejos: no soporta a Cayetano Martínez de Irujo.
Sí, sí, el conde, el jinete, el aristócrata con aires de siglo pasado.

“Guardo un ingrato recuerdo de él”

Eso ha dicho, sin anestesia, en una entrevista para Mundo Deportivo. ¿Motivo? Pues que Cayetano, según Ion, tiene el mismo carácter amable que un cactus en celo. Vamos, que de fácil no tiene nada… salvo el título nobiliario, que ese se hereda.

“No es un tío fácil de entrevistar”, soltó Aramendi con una risa nerviosa de esas que en realidad esconden trauma.
Pero no se quedó ahí. Añadió una frase que huele a resquemor a kilómetros: “Guardo un ingrato recuerdo de él”. Traducción: si pudiera, lo borraba con típex emocional.

¿Machismo rancio en 2025? Pues parece que sí

Ion también dejó caer que el conde de Salvatierra es un poco “old school”, y no lo decía como halago. Al parecer, con mujeres se porta (ligeramente) mejor. “Igual en tu caso es más fácil que en el mío”, le dijo a la periodista. ¿Estamos hablando de galantería vintage o de machismo con aroma a naftalina?

¿Otro famoso que no soporta? Pues sí: Javier Gurruchaga

Y cuando pensabas que esto no podía mejorar… ¡BOOM! Otro nombre a la lista negra del bueno de Ion: Javier Gurruchaga.

Todo empezó cuando lo entrevistó en ETB por los 40 años de la Orquesta Mondragón. El programa tenía una sección llamada Nostalgia y, claro, a Gurruchaga no le hizo ni pizca de gracia.
“¿Nostalgia? ¿De qué? ¡Si yo sigo haciendo rock and roll! El viejo serás tú”, vino a decir, encendido como un mechero. ¡Zasca en toda la frente!

Pero ojo, esta enemistad tiene un final de comedia ligera:
“Me lo encontré por la calle en Madrid y le pedí una foto. No se acordaba de mí ni harto de pacharán”, confesó Ion, que se la mandó a sus colegas para reírse del momento. Hombre, al menos este desencuentro acabó en selfie.