Iñaki Urdangarín se refugia en su familia

Tras romper con la infanta Cristina y volver al foco mediático por su nueva relación, Iñaki busca el amparo de sus seres queridos, con los que ha disfrutado de una jornada en Zarautz, lo cual demuestra que quiere mirar «hacia delante».

Pese a haber conseguido a libertad condicional y haber cumplido con la Justicia su condena por el caso Noos, Iñaki Urdangarin (54) está atravesando momentos complicados. El foco se ha vuelto a poner sobre él tras confirmar su relación con Ainhoa Armentía (43) e «interrumpir la relación», tal y como recogía un comunicado emitido por el matrimonio, con la infanta Cristina (56), la persona que ha permanecido a su lado desde que fue condenado a prisión.

Una polémica que ha inundado los medios de comunicación y tras la que, una vez más, Iñaki ha encontrado consuelo en su familia, que se ha convertido en el mejor apoyo para ayudarle a conseguir volver a la normalidad.

Y es que, ya lo avisó en sus declaraciones para la Cadena COPE el pasado 7 de marzo, su intención es dejar atrás la etapa más dura de su vida y «seguir adelante» partiendo «de cero». Algo que, sin duda, está haciendo con la ayuda de sus hijos, su madre y sus seis hermanos. Muestra de ello es la animada jornada que pasó con los suyos en Zarautz.

Urdangarin, su madre y algunas de sus hermanas y sobrinas viajaron desde Vitoria hasta la ciudad donostiarra para asistir a un partido de balonmano que su hijo Pablo dispute con el Barcelona contra el equipo local. Tras el evento, en el que ganó el conjunto de la Ciudad Condal, padre e hijo se abrazaron de una manera muy cariñosa y toda la familia mantuvo una animada charla a las puertas de la cancha, donde todos demostraron que los Urdangarin son una piña, a pesar de las adversidades con las que se han encontrado durante estos últimos años.

Tras el encuentro deportivo, el grupo fue a disfrutar de la comida en un conocido restaurante de la ciudad, donde el exduque de Palma se mostró «muy amable», según los testigos que estaban en el local.

Acabaron el día con un tranquilo paseo en el que Iñaki no soltó en ningún momento la mano de su madre, Claire Liebaert (86). Un gesto que demuestra la gran unión que hay entre ellos y también deja entrever que ella está a su lado, pase lo que pase.

Claire ha aceptado la nueva relación de su hijo y la ruptura con la infanta Cristina, con la que se casó en octubre de 1997. Asimismo, ha arropado al deportista en la decisión de dejar su trabajo en el despacho vitoriano Imaz & Asociados para hacer unas prácticas con el club del Barcelona y terminar su formación como asesor de gestión deportiva.

Planes con los que, sin duda, el excuñado del rey Felipe se plantea un futuro en el que encontrar la tranquilidad y mantenerse en un discreto segundo plano para poder centrarse en sus proyectos profesionales, que podrían llevarle a la capital de Cataluña, y en la carrera de su hijo en balonmano, el deporte que a él le encumbro como jugador.

DE QUERIDO A REPUDIADO

Pero no siempre fue así. Hubo otro tiempo en el que Iñaki Urdangarin posaba orgulloso como el flamante esposo de la hija mediana de los reyes de España. Enseguida consiguió el beneplácito de sus suegros, que le vieron como el hombre perfecto para la infanta Cristina.

Su figura, con su porte atractivo, y el amor que desprendía por su mujer y sus hijos le convirtieron en todo un ejemplo. Poco imaginaria entonces que llegaría a ser repudiado al ser imputado en el caso Noos.

De ser el predilecto pasó a ser el excluido, aquel con el que nadie quería posar en la foto. En diciembre de 2011 fue apartado de todas las actividades oficiales de la Casa Real por su «conducta no ejemplar».

Además, el entonces rey de España, don Juan Carlos, hizo mención en su discurso navideño a que «cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley», refiriéndose claramente a su yerno.

Finalmente, viendo el cariz de los acontecimientos judiciales, en enero de 2013 la Casa Real retiró por completo de su web el apartado destinado al Vasco como miembro de la familia real. Sin duda, duros momentos en los que Iñaki también encontró refugio en toda su familia.