En una entrevista que ya está dando mucho de qué hablar, Gloria Camila ha decidido romper su silencio y abordar públicamente uno de los capítulos más oscuros de su vida familiar: los problemas de adicción al alcohol que sufrió su padre, el reconocido torero José Ortega Cano, tras el fallecimiento de su esposa, la inolvidable Rocío Jurado.
La joven, de apenas 29 años, compareció ante las cámaras en una conversación que prometía tocar temas hasta ahora vedados, y lo cierto es que no dejó ningún asunto sin tratar.
Un relato sincero de los años más duros
Cuando Gloria Camila anunció que hablaría “largo y tendido” de sus asuntos más íntimos en su entrevista semanal, pocos imaginaban que sería tan contundente y explícita en sus declaraciones. Desde los motivos que la llevaron a retirarse del foco mediático hasta sus desencuentros con Ana María Aldón, pasando por los conflictos familiares y los problemas de salud de su hermano José Fernando, la hija adoptiva de Rocío Jurado se mostró decidida a no eludir ningún tema.
Uno de los momentos más emotivos de la entrevista se produjo cuando, visiblemente emocionada, Gloria Camila recordó la muerte de su madre al ver imágenes de Rocío Jurado cantándoles una nana a ella y a su hermano. “Fue un momento desgarrador que todavía no he logrado superar completamente”, confesó.
La caída de Ortega Cano en el abismo del alcohol
A lo largo de la conversación, los colaboradores del programa ¡De viernes! guiaron a Gloria Camila a través de los episodios más amargos de su vida. Con apenas diez años, la joven vivió la pérdida de su madre, un dolor que no tardó en teñirse de más sufrimiento debido a los problemas con el alcohol que comenzó a sufrir su padre.
“Mi padre empezó a beber cuando falleció Rocío”, reveló con crudeza. Una afirmación que no dejó indiferente a nadie en el plató, y que ella explicó con serenidad y sin tapujos.
Según relató, aunque era solo una niña, en su entorno familiar todos percibieron los cambios en el comportamiento de José Ortega Cano. “Éramos plenamente conscientes de lo que ocurría”, reconoció. “Tratábamos de hablar con él, intentábamos hacerlo reaccionar y hacerle ver que ese no era el camino correcto”, añadió, mostrando que la familia no fue ajena a la gravedad de la situación.
Una adolescencia marcada por la responsabilidad
Gloria Camila relató cómo, a una edad en la que otros niños se preocupaban únicamente por sus estudios o sus juegos, ella se vio obligada a madurar a marchas forzadas. “Tenía que lidiar con los problemas de un padre y un hermano a la vez”, relató. “Intentaba hacerlo de la mejor manera que podía”, añadió, refiriéndose a José Fernando, quien también atravesaba momentos difíciles.
La situación no solo afectaba al entorno inmediato, sino que sumió a toda la familia en una espiral de tensión, miedo e incertidumbre.
El fatídico accidente que cambió sus vidas
Llegado un momento especialmente delicado de la entrevista, Gloria Camila abordó uno de los capítulos más trágicos de su historia familiar: el accidente de tráfico que protagonizó José Ortega Cano en estado de embriaguez y que acabó con la vida de una persona.
A pesar de que los colaboradores del programa hablaron abiertamente de la convivencia con una persona con problemas de alcoholismo, la joven prefirió matizar el lenguaje. “No me gusta que se diga alcohólico; prefiero hablar de problemas con el alcohol”, precisó.
Aunque evitó entrar en detalles por respeto a la familia de la víctima, sí confirmó un dato estremecedor: “Mi padre siempre ha asumido su responsabilidad. Jamás ha considerado injusto su ingreso en prisión”, aseguró. “Él mismo ha dicho en varias ocasiones que habría preferido morir en aquel accidente”, recordó con un profundo pesar.
La llamada que le cambió la vida
En cuanto a cómo se enteró de la tragedia, Gloria Camila rememoró el instante en que su tía Gloria Mohedano la llamó para darle la fatídica noticia. “Me llamó mi tía Gloria y me lo contó todo”, relató. Fue un momento que quedó grabado en su memoria para siempre.
Ante las especulaciones de que pudiera haber estado en el coche durante el accidente, la joven fue tajante: “Nunca estuve con él en esas circunstancias. Siempre teníamos a alguien que nos llevaba”, aclaró, despejando así cualquier duda al respecto.
Una familia marcada por la tragedia y la redención
A pesar de la dureza de los recuerdos, Gloria Camila no dejó de subrayar que, pese a todo, mantiene el amor y el respeto por su padre. “Mi padre ha pagado su deuda con la sociedad y consigo mismo”, manifestó. Su relato dejó claro que, aunque las heridas siguen abiertas, también hay espacio para el perdón y la comprensión.
Durante la entrevista, no hubo lugar para el resentimiento, sino para una reflexión madura y serena sobre los errores, las consecuencias y el esfuerzo por salir adelante.
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