El 15 de noviembre de 2024, la Princesa Yuriko de Japón, conocida oficialmente como Princesa Mikasa, falleció a la edad de 101 años en el Hospital Internacional St. Luke de Tokio. Conocida por ser la integrante más longeva de la familia imperial, la princesa era una figura profundamente respetada y símbolo de una era de transición en la historia japonesa.
Una Vida Dedicada al Servicio
Nacida el 4 de junio de 1923 en Tokio, la princesa Yuriko contrajo matrimonio en 1941 con el Príncipe Takahito Mikasa, hermano menor del Emperador Hirohito. A lo largo de su vida, desempeñó un papel activo en eventos culturales y humanitarios, dejando un legado imborrable en la historia imperial japonesa.
Desde 1999, llevaba un marcapasos y, en los últimos años, había experimentado un progresivo deterioro de su salud. Su ausencia en momentos significativos, como la entronización del Emperador Naruhito en 2019, fue un indicativo de sus crecientes problemas de salud.
Un Período de Luto Nacional
Tras su fallecimiento, la Agencia de la Casa Imperial anunció un período de luto oficial. Ese mismo día, el Emperador Naruhito, la Emperatriz Masako y la Princesa Aiko visitaron la residencia Mikasa para rendir homenaje a la fallecida princesa.
Por respeto a la tradición, las principales ramas de la familia imperial, incluyendo la pareja Emérita, la familia Akishino y la pareja Hitachi, están observando cinco días de luto. El Emperador Naruhito también ha suspendido temporalmente sus deberes oficiales.
Legado y Memoria
La Princesa Yuriko será recordada como una figura de fortaleza y dignidad, un puente entre generaciones que presenció algunos de los momentos más transformadores de Japón en el siglo XX y XXI. Su vida, marcada por su compromiso con los valores imperiales y su amor por su país, será honrada en las ceremonias que se llevarán a cabo en su memoria.
D.E.P.
Melissa Reginald es una experta en Casas Reales, y a la que muchos consideran como la Jaime Peñafiel en la sombra. Poco amiga de los medios audiovisuales porque siempre ha sido muy celosa de su intimidad. Sabe mucho. Habla lo justo.
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