
El fallecimiento de la madre de Lydia Lozano ensombrece uno de los momentos más importantes de su carrera
La periodista y colaboradora televisiva Lydia Lozano atraviesa uno de los episodios más dolorosos de su vida personal tras el fallecimiento de su madre, Sol Hernández, a los 96 años. Una pérdida que llega en un momento crucial para su carrera profesional, en plena promoción de su primer libro y a las puertas del estreno de un nuevo proyecto televisivo.
Una dura pérdida para la comunicadora, profundamente unida a su madre
Sol Hernández, madre de Lydia Lozano, ha fallecido en Madrid el martes 22 de abril por la noche, tal y como ha confirmado en primicia la revista Lecturas. La veterana mujer, que había alcanzado una longevidad admirable, contaba con una salud delicada desde hace años, lo que no impidió que su hija permaneciera a su lado con devoción hasta el último instante.
La relación entre madre e hija siempre ha sido estrechísima, y en los últimos tiempos Lydia no dudaba en reorganizar sus compromisos profesionales para volcarse en los cuidados de su progenitora, convertida en el eje emocional de su vida familiar tras el fallecimiento de su hermano Jorge Lozano en 2021, a causa de las complicaciones derivadas del coronavirus.
El duelo en soledad: sin el apoyo de su querido hermano Jorge
La muerte de Jorge, que dejó una profunda huella emocional en Lydia, se produjo en plena pandemia, sumiendo a la periodista en un estado de tristeza que ella misma compartió en entrevistas posteriores. Aquella Navidad fue especialmente dura, según relató en una exclusiva también concedida a Lecturas, debido al vacío palpable que dejó su ausencia en las celebraciones familiares.
Ahora, Lydia debe enfrentar esta nueva despedida sin el consuelo de su hermano, quien en vida fue uno de sus principales pilares. Una doble orfandad que añade una carga aún más pesada al ya doloroso proceso de duelo.
El destino, cruel e irónico: la tragedia golpea justo cuando todo parecía sonreírle
El fallecimiento de Sol Hernández coincide con el lanzamiento de ‘La familia de la tele’, el nuevo programa de Lydia Lozano producido por La Fábrica de la Tele, responsable de formatos tan conocidos como Sálvame o Deluxe. Este proyecto suponía el regreso de la periodista a la pequeña pantalla, esta vez en Televisión Española, lo que representaba una etapa esperanzadora en su carrera.
La emisión del primer episodio, inicialmente prevista para el mismo martes 22 de abril, fue pospuesta al lunes 28 tras el fallecimiento del Papa Francisco, que motivó una ampliación de los espacios informativos de la cadena pública. De no haberse producido esa reestructuración, el estreno de Lozano habría coincidido de forma trágica con la muerte de su madre.
Sol Hernández, una matriarca ejemplar hasta su último suspiro
A lo largo de su longeva vida, Sol Hernández ejerció con templanza, discreción y afecto el papel de matriarca del clan Lozano. En los últimos años, su salud se había visto mermada por varios sustos médicos, entre ellos un episodio respiratorio que preocupó especialmente a su entorno cercano. Sin embargo, su fortaleza siempre le permitió salir adelante.
Su fallecimiento ha sido un golpe devastador para todos los que la conocieron, especialmente para Lydia, quien se ha mantenido fiel a su rol de cuidadora hasta el final. El velatorio tendrá lugar en el tanatorio de La Paz, en Tres Cantos (Madrid), donde se espera la asistencia de numerosas personalidades del mundo de la comunicación y amigos íntimos de la periodista.
Barcelona, San Jordi y un homenaje truncado
En el momento del fallecimiento de su madre, Lydia Lozano se encontraba en Barcelona, donde iba a participar en la celebración de la festividad de San Jordi con una serie de firmas de su primer libro, La venganza de la llorona, una suerte de memorias personales con tintes biográficos y vivencias profesionales.
La escritora había programado apariciones en varias librerías de la Ciudad Condal, deseosa de encontrarse con su público y agradecer el respaldo recibido en esta nueva aventura editorial. No obstante, la inesperada noticia la obligó a cancelar toda la agenda de compromisos de forma inmediata, sumiéndola en un estado de shock emocional.
Un abril de éxitos que se convirtió en un mes de luto
Las dos últimas semanas del mes de abril se perfilaban como un periodo de absoluto júbilo para Lozano. Entre el esperado estreno televisivo y la promoción de su obra literaria, la periodista se preparaba para vivir uno de los momentos más dulces de su vida profesional. En cambio, la vida le ha dado un vuelco cruel, convirtiendo esa alegría en dolor.
Para cualquier personaje público, gestionar una pérdida familiar resulta complejo, pero lo es aún más cuando dicha pérdida ocurre bajo el foco mediático. A pesar de ello, Lydia ha demostrado en otras ocasiones una gran entereza ante la adversidad, y seguramente ahora no será diferente.
Una Semana Santa marcada por otra pérdida cercana
A esta tragedia familiar se suma otra pérdida, menos visible para la opinión pública, pero igualmente significativa para la comunicadora. Según ha revelado el medio Informalia, Lydia también habría tenido que despedirse de una persona muy querida en plena Semana Santa, lo que agrava el difícil momento emocional que atraviesa.
Aunque no han trascendido detalles sobre esta segunda pérdida, fuentes cercanas aseguran que la periodista está viviendo un duelo doble y que se encuentra profundamente abatida, refugiada en el calor de los pocos familiares y amigos que conforman su círculo íntimo.
El legado emocional de su madre: un consejo para seguir adelante
Durante una de las entrevistas más emotivas que concedió tras la muerte de su hermano, Lydia relató cómo su madre le ofreció uno de los consejos más valiosos y sabios de su vida: “Tienes que darle normalidad”, le dijo Sol. “Me haría mucha ilusión verte y así encaminar un poco más nuestra vida”.
Esa frase, que encierra una enorme carga simbólica, se ha convertido en una especie de legado espiritual para Lydia. Un recordatorio de que la vida debe continuar, incluso cuando los cimientos emocionales se tambalean. Probablemente, esa será la fuerza a la que se aferre para continuar adelante.

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