Fallece Carlos Jesús, el carismático vidente que conquistó la televisión española con sus revelaciones de otro mundo
Carlos Cabello Rey, más conocido por el gran público bajo el nombre de Carlos Jesús, ha fallecido a los 80 años de edad, según se informó en la reciente emisión del programa televisivo Y ahora Sonsoles. Su muerte pone punto final a la singular trayectoria de un personaje que, durante los años 90, se convirtió en un icono mediático gracias a su excéntrica personalidad y sus extraordinarias afirmaciones relacionadas con fenómenos paranormales y entidades extraterrestres.
La figura de Carlos Jesús alcanzó su apogeo entre los años 1992 y 1993, periodo durante el cual logró conquistar a millones de espectadores gracias a sus peculiares intervenciones en el programa Al Ataque, un espacio televisivo de corte satírico dirigido por el conocido presentador Alfonso Arús. En ese espacio, Carlos Jesús ofrecía declaraciones insólitas que, lejos de pasar desapercibidas, se convirtieron en objeto de culto y humor para una generación entera.
Fue en “Al Ataque” donde el personaje adquirió una notoriedad sin precedentes, especialmente durante las entrevistas que le realizaba un joven Javier Cárdenas, quien más adelante continuaría explotando el personaje en otros formatos televisivos.
Entre Sevilla y Dos Hermanas: los orígenes de Carlos Jesús
Nacido en la ciudad de Sevilla, Carlos Jesús pasó gran parte de su vida en Dos Hermanas, localidad sevillana donde residía hasta sus últimos días. Desde temprana edad afirmaba poseer dotes especiales como vidente y sanador, asegurando además tener un propósito espiritual y cósmico que iba mucho más allá de lo terrestre.
Sus declaraciones no solo impactaban por su contundencia, sino por su firme convicción en que era una reencarnación de Jesucristo. Según sus palabras, vivía una existencia paralela en un planeta denominado Raticulín, donde cumplía funciones divinas y tecnológicas de altísima relevancia espiritual.
Las múltiples identidades de un ser cósmico
Uno de los aspectos más llamativos de la figura de Carlos Jesús era su división en tres entidades distintas. Según relataba él mismo, coexistía como ser humano junto a dos proyecciones de sí mismo: Crístofer y Micael.
- Crístofer representaba la faceta más técnica del personaje: era, en sus palabras, el “responsable del mantenimiento de las naves espaciales del planeta Raticulín”.
- Por otro lado, Micael era su aspecto más místico y divino, a través del cual canalizaba la voz de Jesús. Cuando hablaba como Micael, su tono se transformaba en una voz robótica, lo que aportaba aún más teatralidad a sus intervenciones.
Esta estructura tripartita de personalidades se convirtió en un sello distintivo que fascinaba tanto como desconcertaba a la audiencia.
Crónicas Marcianas y la consolidación de un fenómeno
Tras su etapa en Al Ataque, la presencia de Carlos Jesús fue requerida en el programa Crónicas Marcianas, presentado por Javier Sardà, donde volvió a compartir escena con Javier Cárdenas. Este nuevo espacio le otorgó una visibilidad todavía mayor, consolidando su imagen como uno de los personajes más estrambóticos y recordados de la televisión de los años noventa.
“Crónicas Marcianas” fue un escaparate donde Carlos Jesús profundizó en su universo particular, llevando sus teorías y discursos a un público aún más amplio, y donde continuó desarrollando su singular narrativa intergaláctica ante la mirada atónita —y a veces burlona— del espectador.
Según ha revelado el programa Y ahora Sonsoles, los últimos años de vida de Carlos Jesús estuvieron marcados por un profundo declive personal. La inmensa popularidad de la que gozó en su momento no solo no se tradujo en estabilidad, sino que terminó pasándole una factura emocional difícil de asumir.
El impacto mediático que vivió durante los años noventa le afectó profundamente a nivel psicológico, llevándole a una vida marcada por el aislamiento y la soledad. Con el paso del tiempo, el interés mediático por su figura se desvaneció, y Carlos Jesús pasó de ser un fenómeno televisivo a un personaje olvidado por muchos.
Falleció en soledad, lejos del foco mediático que un día iluminó su singular existencia.
A pesar de haber sido considerado en muchos círculos como un simple bufón mediático, Carlos Jesús dejó una impronta imborrable en la historia reciente de la televisión española. Su manera de expresarse, su simbología particular, sus mensajes sobre la existencia extraterrestre, la reencarnación y su lenguaje alternativo, fueron elementos que lo elevaron a la categoría de icono underground.
A través de su personaje, Carlos Jesús construyó una narrativa propia que desafiaba los límites de la lógica y la razón, provocando reacciones encontradas: desde la burla y la incredulidad hasta la fascinación más profunda.
El recuerdo de Carlos Jesús ha perdurado gracias al impacto cultural que generó. Fragmentos de sus entrevistas, extractos de sus declaraciones, imitaciones y parodias siguen circulando en redes sociales, foros y canales de vídeo, donde nuevas generaciones descubren su historia con sorpresa y curiosidad.
Su imagen, lejos de desvanecerse por completo, se mantiene como un símbolo de una época en la que la televisión era terreno fértil para lo impredecible y lo insólito.

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