La Reina Letizia, entonces princesa de Asturias, se decantó por un vestido diseñado por Manuel Pertegaz ceñido al talle, con escote en pico en forma de corola y una cola bordada de más de cuatro metros. El vestido fue confeccionado en seda natural tramada con hilos de plata fina volteada a tres cabos. A modo de tiara llevó la denominada diadema prusiana, la misma que lució su suegra, Doña Sofía, el día de su boda. «Lo único que necesito, de aquí al 22 de mayo, es tranquilidad, pues me gustaría hacer un buen trabajo. Será un broche de oro para mi carrera», y así fue para Manuel Pertegaz.
La ahora Reina y Pertegaz se encontraron una decena de veces en su taller de Barcelona, las primeras para hablar sobre qué querían hacer y las otras para realizar varias pruebas. Un diseño que se convirtió en el secreto mejor guardado de España.
Un diseño clásico que no se salió del protocolo. El vestido de novia de Letizia, estaba inspirado en la línea princesa, con bordados en hilo de plata y oro patinado que mezclaba la flor de lis versionada en vegetal y en heráldica – el emblema de los Borbón- y la espiga -que simboliza esperanza y abundancia-, así como madroños -por Madrid- y una cola de 16 metros.
¿Pero si la boda real fuera hoy en día seguiría de moda el vestido? Días antes de la boda, Pertegaz explicó en una entrevista que el vestido se había concebido para perdurar en la historia y que no acusara el paso de los años. Obviamente, después de 15 años la moda y las tendencias cambian rápidamente, a día de hoy sería un vestido obsoleto y que seguramente la propia Reina Letizia, viendo como ha evolucionado su estilo no escogería y seguiría mucho más los dictámenes de la moda bridal que son tendencia.
Las novias de hoy en día tienen que ser funcionales, la moda ha evolucionado y ahora las novias reales como Kate Middleton, Meghan Markle y Lady Gabriella han utilizado telas mucho más ligeras, con más caída que deja intuir la silueta de la mujer y a la vez que siguieran las tendencias más actuales.
Fue un diseño clásico y 15 años después aún se nos hace mucho más clásico. Seguro que el cuello y las mangas del diseño, no serían los mismo que escogerían en pleno 2019 ni Pertegaz ni la Reina Letizia y más sabiendo cómo ha evolucionado estilísticamente la Reina Letizia, que no tiene nada que ver con la Letizia Ortiz que dio el «sí, quiero» un 22 de mayo de 2014.
La Razón
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