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El radical cambio de Vicky Martín Berrocal

El radical cambio de Vicky Martín Berrocal

Firme defensora de los cuerpos sin tallas, la diseñadora luce ahora mucho más delgada y explica por qué: «Una tiene que entender que existe un equilibrio; hay que cuidarse».

En los últimos meses, la vida de Vicky Martín Berrocal (48) ha dado un giro total. Y no solo por su mudanza a Portugal con su pareja, Joao Viegas Soares, sino por el cambio de hábitos que la ha llevado a bajar radicalmente de peso. Aunque la diseñadora siempre ha sido una gran abanderada del body positive, el movimiento que invita a querernos tal y como somos, ahora luce un espectacular cambio físico tras reconocer que se ha dado cuenta de lo importante que es un término medio. «Una tiene que entender que hay un equilibrio; hay que cuidarse porque los kilos no valen para nada. He tenido una 40 y he estado bien. Y he tenido una 46 y he defendido esto. Esa es la actitud al final», ha explicado. Aunque no es la primera vez que se somete a un plan de adelgazamiento, en esta ocasión el desencadenante ha sido la pandemia, que le hizo rozar «el máximo». Fue entonces cuando decidió tomar cartas en el asunto:

A mí me gusta vivir, me gusta comer, no tengo término medio… El confinamiento me hizo mucho mal porque yo estaba todo el día en casa, ¿y qué hago yo si comer es lo que más me gusta del mundo?

Pero tras el verano comenzó una rutina de entrenamiento con el que está consiguiendo resultados que saltan a la vista. «Me he puesto el objetivo de que tenía que perder X kilos y estoy en ello, saco tiempo de donde sea y me mato», revela sobre el reto que sigue con la entrenadora Cris Díaz.

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LA COMIDA COMO PREMIO

Aunque sus fluctuaciones de peso no han sido nunca un problema para ella —«no somos una talla, somos mucho más», ha defendido en más de una ocasión—, lo cierto es que la ex de Manuel Díaz (52) ha confesado que, al igual que David Bustamante (38), ella también ha tenido durante años una relación tóxica con la comida:

«Yo he llegado a casa y me regalaba un plato de pasta a las diez de la noche y a dormir, y así ha sido toda mi vida porque he entendido que estamos aquí de paso».

Lo que si ha querido dejar claro es que este cambio lo hace por ella y no por su novio, «A Joao le gusto vuelta y vuelta con sal gorda. Le da lo mismo 8 que 80, le gusto yo y a mí me gusta él», reconoce más enamorada que nunca.


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