La televisión española fue testigo de uno de los momentos más intensos y controvertidos del año cuando Emma García, presentadora de Fiesta en Telecinco, perdió completamente los papeles en directo ante los comentarios de Eva Pont. La situación llegó a tal extremo que García acabó diciéndole a su invitada “Vete a la mierda ya“, en una explosión de frustración que se ha convertido en uno de los momentos más comentados de la televisión reciente.
El Origen del Conflicto Familiar Que Dividió el Plató
El enfrentamiento que se vivió en Fiesta no surgió de la nada, sino que tiene sus raíces en una profunda crisis familiar que lleva años gestándose entre las hermanas Mónica Pont y Eva Pont. La situación familiar se ha deteriorado hasta tal punto que ha trascendido a los medios de comunicación, convirtiéndose en un verdadero culebrón mediático que ha captado la atención del público español.
Mónica Pont, conocida actriz del panorama nacional, había revelado en anteriores apariciones televisivas detalles devastadores sobre su infancia, incluyendo episodios de maltrato familiar que marcaron profundamente su desarrollo personal. Estas declaraciones no cayeron bien en su círculo familiar más cercano, especialmente en su hermana Eva y su madre Teresa Pont, quienes consideran que la actriz ha tergiversado la realidad familiar para obtener beneficio mediático.
La controversia se intensificó cuando Mónica reveló públicamente que su padre había mantenido dos familias paralelas y había ejercido violencia doméstica contra su madre. Estas declaraciones provocaron una reacción inmediata por parte de Eva Pont, quien salió en defensa de la figura paterna, generando una división familiar irreparable que ahora se ventilaba en horario de máxima audiencia.
La Conexión en Directo Que Desató el Caos
Emma García decidió abordar este conflicto familiar conectando en directo con Teresa Pont, la madre de ambas hermanas, y con Eva Pont, con la intención de esclarecer la situación y dar voz a todas las partes implicadas. Lo que comenzó como una entrevista rutinaria se transformó rápidamente en una sesión terapéutica improvisada que puso a prueba la paciencia y la profesionalidad de la experimentada presentadora.
Desde el primer momento, Teresa Pont mostró su malestar por las declaraciones de su hija Mónica, expresando que “no tolera las mentiras que se dicen” y que ha “sufrido mucho” por la situación mediática generada. La madre reveló además el dolor de haber perdido a una hija de tan solo 12 años, añadiendo una carga emocional extra a una situación ya de por sí compleja.
Eva Pont comenzó inmediatamente a interrumpir a su madre, mostrando una actitud defensiva y una necesidad imperiosa de contar su versión de los hechos. Esta actitud interrumpidora se convertiría en el detonante del conflicto que estallaría minutos después, poniendo a prueba la paciencia de Emma García, quien intentaba mantener el orden en una conexión que se volvía cada vez más caótica.
Las Revelaciones Devastadoras Que Conmocionaron al Plató
Durante la entrevista, surgieron revelaciones que dejaron sin palabras a los colaboradores de Fiesta. Teresa Pont contradijo directamente las versiones de su hija Mónica sobre el maltrato paterno, pero al mismo tiempo confirmó episodios aún más graves de los que inicialmente se había hablado.
“Me rompió una pierna y me violó“, declaró Teresa Pont con una crudeza que conmocionó a todos los presentes en el plató. Esta revelación desmontaba parcialmente la versión de Mónica, quien había hablado de que su padre había roto “las dos piernas” a su madre, pero confirmaba la existencia de una violencia mucho más grave y sistemática de la que se había hecho público inicialmente.
Eva Pont, lejos de mostrar solidaridad con el sufrimiento materno, continuó justificando la figura paterna con declaraciones que indignaron profundamente a Emma García: “No todas las noches era horrible“, llegó a decir, intentando minimizar el impacto del maltrato sufrido por su madre durante años.
Esta actitud de Eva provocó la primera intervención contundente de Emma García, quien le recordó que “con que esto ocurra una sola vez ya es terrible“, una declaración que fue recibida con un fuerte aplauso por parte del público presente en el plató, demostrando que la audiencia estaba completamente del lado de la presentadora en su intento de poner cordura en una situación que se desbordaba por momentos.
La Pérdida Progresiva del Control
A medida que avanzaba la entrevista, Emma García fue perdiendo progresivamente el control de la situación. Eva Pont mostraba una actitud cada vez más desafiante, interrumpiendo constantemente tanto a su madre como a la presentadora, y desviando continuamente el tema hacia sus propias quejas contra Mónica Pont.
La presentadora de Fiesta intentó reconducir la conversación en múltiples ocasiones, mostrando una paciencia profesional admirable: “Te queremos escuchar, pero es necesario que me escuches, te lo digo con cariño y con todo el respeto del mundo“, le dijo a Eva en un intento de establecer un mínimo de orden en la conexión.
Sin embargo, Eva Pont continuaba sin hacer caso a las indicaciones de Emma García, hablando por encima de todos y mostrando lo que la presentadora describió posteriormente como “una ira” que hacía imposible mantener una conversación coherente. La situación llegó a tal punto que Emma García optó por sentarse y no intervenir más, en una clara muestra de su frustración ante la falta de respeto mostrada por su invitada.
Luis Rollán, colaborador habitual del programa, intentó calmar a Eva Pont, pero sus esfuerzos resultaron completamente infructuosos. La invitada continuaba en su línea de confrontación, sin mostrar ningún tipo de consideración hacia las normas básicas de convivencia televisiva que rigen este tipo de espacios.
El Punto de No Retorno
El momento decisivo llegó cuando Emma García intentó dar paso a un nuevo vídeo para continuar con el desarrollo del programa. Eva Pont comenzó a relatar una nueva historia sobre supuestas peticiones de Mónica para que mintiera en un juicio, pero lo hizo de manera tan desorganizada y agresiva que la presentadora decidió intervenir de forma más contundente.
“Respira. Te quiero dejar terminar, déjame hablar en tu programa a mí también. Por favor“, le pidió Emma García con una mezcla de firmeza y desesperación, intentando recuperar el control de su propio programa. Sin embargo, Eva Pont continuó hablando sin permitir ningún tipo de moderación, mostrando un desprecio absoluto hacia las normas básicas de la comunicación televisiva.
La situación se volvió tan insostenible que incluso Teresa Pont comenzó a pedir que la dejaran hablar, aunque nadie la estaba interrumpiendo, lo que provocó la risa nerviosa de Emma García, quien ya no sabía cómo manejar una conexión que se había convertido en un auténtico caos comunicativo.
La Explosión Final
Ante la imposibilidad de reconducir la situación, Emma García tomó la decisión de finalizar la conexión. Intentó despedirse de manera cordial, enviando un abrazo a sus invitadas y deseándole tranquilidad y serenidad a Teresa Pont, quien claramente estaba sufriendo en medio de este conflicto familiar público.
Sin embargo, Eva Pont no estaba dispuesta a permitir una despedida tranquila. Continuó hablando, muy nerviosa, acusando al programa de apoyar únicamente a Mónica y mostrando una actitud de confrontación hasta el último momento.
Fue en ese instante cuando Emma García perdió definitivamente los papeles. Después de intentar mantener la compostura durante toda la entrevista, la experimentada presentadora explotó con una frase que ha quedado grabada en la historia de la televisión española: “Mira, Eva, vete a la mierda ya. A una se le agota la paciencia“.
Esta explosión de Emma García fue recibida con un aplauso inmediato y prolongado por parte del público presente en el plató, demostrando que la audiencia entendía perfectamente la frustración de la presentadora ante una situación que había superado todos los límites del respeto y la educación.
Tras su explosión, Emma García no mostró ningún tipo de arrepentimiento por sus palabras. Al contrario, explicó a sus compañeros su estado de ánimo: “Estaba intentando sentir que están al límite, pero llega un momento que no. Tiene una ira la pobre Eva que a mi Teresa me da pena“.

Esta reflexión de la presentadora puso de manifiesto su capacidad para mantener la empatía incluso en los momentos más difíciles, reconociendo el sufrimiento de Teresa Pont mientras expresaba su frustración hacia Eva Pont por su actitud durante toda la conexión.
El momento se ha convertido en uno de los más comentados en las redes sociales, donde los usuarios han mostrado mayoritariamente su apoyo a Emma García, considerando que su reacción estaba completamente justificada ante la falta de respeto mostrada por Eva Pont.
El Impacto en la Audiencia y las Redes Sociales
La explosión de Emma García ha tenido un impacto inmediato en las audiencias de Fiesta, convirtiendo el programa en tendencia en todas las plataformas digitales. Los clips del momento han sido compartidos miles de veces, generando un debate público sobre los límites de la paciencia en televisión y el respeto que deben mostrar los invitados hacia los presentadores.
Este episodio ha demostrado una vez más por qué Emma García es considerada una de las presentadoras más respetadas de la televisión española. Su capacidad para mantener la compostura durante la mayor parte de la entrevista, intentando dar voz a todas las partes implicadas en el conflicto familiar, contrasta con la explosión final que, lejos de perjudicar su imagen, ha reforzado su credibilidad ante una audiencia que entiende perfectamente las circunstancias que la llevaron a perder los papeles.
La controversia también ha puesto de relieve la complejidad de abordar conflictos familiares en televisión, especialmente cuando involucran episodios de violencia doméstica y traumas familiares profundos que requieren un tratamiento mucho más cuidadoso del que puede ofrecer un programa de entretenimiento en horario de tarde.

Ernesto Martín es periodista especializado en prensa rosa, realeza y cultura pop. En GATITAROSA.COM analiza con ironía y precisión los entresijos del universo mediático.
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