Frank Cuesta rompe su silencio con una declaración contundente: “No tengo cáncer, todo se me fue de las manos”
Una confesión sin filtros tras una oleada de rumores
En un gesto inusual, Frank Cuesta, conocido por su trabajo televisivo y su activismo animalista, ha optado por enfrentarse de cara a las especulaciones que le han rodeado durante los últimos meses. A través de un extenso vídeo publicado en su canal de YouTube, el ex presentador de ‘Frank de la jungla’ ha decidido esclarecer múltiples controversias y emitir lo que él mismo califica como un “comunicado urgente”.
Con voz entrecortada y un gesto serio, el popular defensor de la fauna salvaje ha querido zanjar el aluvión de conjeturas, declaraciones cruzadas y filtraciones que lo han puesto en el centro de la polémica pública, tanto en España como en Tailandia, donde reside y lleva a cabo su proyecto de conservación animal.
“He escrito un texto porque es un vídeo difícil de grabar”, comienza diciendo Cuesta con evidente tensión emocional. “Tengo que admitir varias cosas, y prefiero leerlas directamente”.
La figura en la sombra: Chi, entre el conflicto y la reconciliación
Una disculpa pública con nombre propio
Uno de los puntos más delicados abordados en el vídeo fue la relación con Chi, colaborador anónimo y estrecho aliado en el proyecto del Santuario Libertad, quien nunca ha mostrado su rostro en público. Frank ha querido zanjar los roces entre ambos con una disculpa directa y sin ambigüedades:
“Quiero pedir disculpas a Chi. Me hago responsable del odio que recibió tras mi detención, y también del doxeo que sufrió por parte de terceros. Me equivoqué”.
Esta disculpa no ha llegado sin contexto. Según desvela el propio Frank, Chi habría solicitado la publicación de este vídeo para limpiar su imagen, bajo la advertencia de llevar el asunto hasta las últimas consecuencias si no se hacía justicia con la verdad. Una petición que habría sido el detonante definitivo para que Cuesta rompiera el silencio.
Problemas legales en Tailandia: entre la justicia y la controversia
Un pasado que regresa con fuerza
A estas alturas, es bien conocido que el español mantiene una relación complicada con las autoridades tailandesas, tanto por asuntos personales vinculados a su exesposa como por cuestiones relativas a la legalidad del santuario de animales que dirige. En esta línea, el comunicador ha querido clarificar que su reciente detención no tuvo nada que ver con ninguna persona específica:
“Las personas a las que se ha culpado por mi detención no tienen absolutamente nada que ver. La realidad es que yo tenía animales sin documentación legal. Fue una denuncia anónima por parte de una ciudadana tailandesa la que lo puso todo en marcha”.
Una declaración que desmonta teorías conspirativas y devuelve el foco a una responsabilidad que Cuesta admite sin rodeos.
Reconocimiento público de errores personales y profesionales
La sombra de la mitomanía y el ego
Uno de los momentos más impactantes del testimonio de Frank llega cuando el propio protagonista reconoce una faceta de su personalidad que, hasta ahora, había permanecido oculta:
“He sido un personaje. Poco a poco, ese personaje se me ha ido de las manos. Tengo un problema con la mitomanía y con el ego”, asegura con una sinceridad que pocos esperaban de alguien tan mediático.
Y no solo se queda ahí. Con un tono casi confesional, el extenista convertido en presentador televisivo y activista animalista desmonta parte de la imagen profesional que había construido a lo largo de los años:
“No soy veterinario. Tampoco soy herpetólogo. Tengo conocimientos superiores a los básicos en lo que respecta a animales, pero nunca han sido profesionales”.
Una revelación que ha dejado estupefactos a muchos de sus seguidores, quienes durante años creyeron en la narrativa de una autoridad indiscutida en fauna salvaje.
Estado de salud: no hay cáncer, pero sí una dolencia seria
Una aclaración esperada entre tanta incertidumbre
Los rumores sobre la salud de Frank Cuesta llevaban tiempo en circulación. La palabra “cáncer” se había repetido en múltiples foros y medios de comunicación, sin una confirmación oficial. Hasta ahora.
“No tengo cáncer. Lo que tengo es una mielodisplasia, y llevo años tratándome”, afirma.
La mielodisplasia, también conocida como síndrome mielodisplásico, es un conjunto de trastornos en los que las células de la médula ósea no maduran o no funcionan correctamente. Aunque puede evolucionar hacia una leucemia, no es cáncer en el sentido común del término, aunque sí representa una enfermedad crónica de la sangre que requiere seguimiento médico estricto.
Esta aclaración no solo cierra un capítulo de especulaciones, sino que humaniza aún más al personaje público detrás del mito.
El Santuario Libertad: ¿rescate animal o negocio camuflado?
Una redefinición dolorosa del proyecto más icónico de su vida
Pocas frases han causado tanto revuelo como la que Frank Cuesta lanza cuando aborda la verdadera naturaleza de su santuario en Tailandia:
“Todos los animales que tengo han sido comprados. Por lo tanto, no es un santuario en el sentido estricto de la palabra. Es más bien una granja de animales. Nunca he rescatado ninguno. Todo ha sido parte de un show”.
Este reconocimiento ha provocado un seísmo mediático. Durante años, Cuesta construyó su reputación alrededor de una imagen de salvador de especies exóticas. La revelación de que esa narrativa tenía importantes matices de ficción supone un antes y un después en su trayectoria.
A ello se añade otra confesión aún más delicada:
“Muchos de los animales que han muerto en el santuario lo han hecho por mi propia negligencia. Aunque la situación ha mejorado, es algo que pesa sobre mi conciencia”.
Rivalidades internas y el miedo a la competencia
Celos, traición y sabotaje en el mundo del activismo animalista
La relación con Chi, lejos de ser únicamente un vínculo de colaboración profesional, se vio contaminada por sentimientos menos nobles. En su vídeo, Frank reconoce haber saboteado verbalmente a su antiguo compañero:
“Chi quería abrir su propio santuario. Temí que se convirtiera en una competencia directa para mi negocio. Por celos, empecé a hablar mal de él a sus espaldas”.
Una afirmación que retrata con crudeza las dinámicas de poder y egos que pueden surgir incluso en entornos que, en teoría, se rigen por principios altruistas.
Un cierre con arrepentimiento: las disculpas finales de un personaje público en crisis
Asumir la culpa como acto de redención
La pieza concluye con un tono grave y un mensaje de perdón generalizado:
“Asumo la responsabilidad de haber engañado a mucha gente. Y pido disculpas públicas por haberme aprovechado de tantas personas”.
Esas palabras no son solo un gesto simbólico. Representan un intento real de reconstrucción personal, quizás el primero desde que la figura de Frank Cuesta comenzó a difuminarse entre controversias, desinformación y silencios incómodos.

Ernesto Martín es periodista especializado en prensa rosa, realeza y cultura pop. En GATITAROSA.COM analiza con ironía y precisión los entresijos del universo mediático.
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