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El Follón de las Patricia Fernández en Palacio: Cuando Casa Real se Lía con los Nombres y se Monta la de Dios

Una Confusión Digna de Comedia Española

Queridos lectores del cotilleo, prepárense para una historia que parece sacada de una sitcom española de los 90. El pasado 12 de junio, en el Palacio Real de Madrid, se montó un sarao que ni Berlanga habría imaginado mejor. Y todo por culpa de que en España hay más Patricia Fernández que churrerías en agosto.

La cosa empezó tranquilita. Casa Real organizó un evento súper fancy para celebrar los 40 años de la adhesión de España a la Unión Europea. Vamos, una de esas celebraciones que solo entienden los de arriba y que el resto mortales vemos por la tele mientras cenamos. El Rey Felipe VI estaba ahí, Pedro Sánchez también, y un montón de gente importante haciendo el paripé de rigor.

Pero claro, alguien en Casa Real tuvo la brillante idea de invitar a una influencer. Porque ya se sabe, si no hay influencer en un evento, ¿ha pasado realmente?

Cuando los Protocolos se Van al Garete

Aquí es donde empieza el culebrón. Patricia Fernández número uno (llamémosla @patriciafedz) es una creadora de contenido que se dedica a temas serios: cultura, derechos humanos, Unión Europea. Vamos, la típica que sabe de qué habla cuando dice “Brussels”. Tiene más de 200.000 seguidores y, por lógica aplastante, debería haber sido la invitada perfecta para un evento sobre la UE.

Pero no. Casa Real se confundió de Patricia.

En su lugar, apareció Patricia Fernández número dos (alias @patriwhitehouse), una influencer de moda y lifestyle con casi 2 millones de seguidores. Porque claro, cuando piensas en el Tratado de Adhesión a Europa, lo primero que se te viene a la cabeza son los outfits y la decoración de interiores.

Lo más surrealista de todo no es que se confundieran. Es que Patricia número dos no encontró extraño que la invitaran. Oye, que me invitan a Palacio, pues voy. Sin preguntas. Sin dudas existenciales. Como si fuera lo más normal del mundo que una influencer de moda reciba una invitación para un acto institucional europeo.

La Justificación Más Épica de la Historia de Instagram

Pero aquí viene lo mejor, lo que ha hecho que medio Twitter se parta de risa. Cuando Patricia número dos se vio en el fregao, soltó una justificación que merece estar enmarcada en el Museo del Ridículo Español:

“He creado contenido para Europa y sobre sostenibilidad y además nací en el año 1985, el mismo en que se firmó el Tratado de Adhesión de España a las Comunidades Europeas”.

Señoras y señores, ahí lo tienen. Nacer en 1985 te cualifica automáticamente para ir a eventos de la Unión Europea. Por esa regla de tres, cualquiera nacido ese año debería estar en Bruselas decidiendo el futuro del continente.

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Pero no acaba ahí la cosa. Patricia número dos también argumentó que ella hace “fenomenal” lo de los derechos humanos porque “no se mete con nadie” y “respeta a todo el mundo”. Amigos, redefinir los derechos humanos como “no hacer bullying en Instagram” es de un nivel de genialidad que ni los juristas de La Haya habían contemplado.

Plot Twist: Aparece una Tercera Patricia

Como si el follón no fuera suficiente, resulta que existe una tercera Patricia Fernández. Patricia Fernández Vicens, abogada especializada en infancia y migraciones, Premio Nacional de Derechos Humanos en 2022. Vamos, que esta sí que sabe de lo que habla cuando se trata de derechos humanos.

Pero no, Casa Real eligió a la influencer de lifestyle en lugar de a la premio nacional o a la divulgadora europea. Porque en 2025, lo que importa son los followers, no los conocimientos.

La Víctima Colateral Mantiene la Compostura

Mientras tanto, la verdadera Patricia Fernández (la número uno) se ha comportado como una auténtica profesional. En sus redes sociales explicó que había hablado con “la fuente primaria” y que se habían disculpado por el error. Vamos, que hizo periodismo de verdad en lugar de montar un numerito.

“No he querido hablar antes porque, ante todo, soy periodista”, declaró. Y ahí tienes la diferencia entre una profesional y alguien que se dedica a enseñar bolsos en Instagram.

Casa Real Confirma el Metedura de Pata

Lo más gracioso es que Patricia número dos siguió insistiendo en que su invitación era correcta. Según ella, había hablado con Casa Real y le habían confirmado que “estuvieron encantados de recibirla”.

Claro, porque después de semejante pifia, ¿qué iban a decir? ¿”Oiga, que usted no tenía que estar aquí”? El protocolo real tiene sus límites, pero la educación británica heredada de los Borbones no.

La realidad es que alguien en Casa Real la cagó pero bien cagada. Confundir a dos personas por tener el mismo nombre es algo que le pasa a cualquiera. Pero confundir a una experta en Unión Europea con una influencer de moda para un evento sobre Europa es un nivel de despiste que roza lo épico.

El Síndrome del Influencer: “Si Me Invitan, Por Algo Será”

Esta historia revela algo muy profundo sobre la mentalidad influencer. Patricia número dos no se preguntó por qué la invitaban. No pensó “oye, que yo sé de moda, no de Europa”. No. Su lógica fue: “me invitan, luego existo”.

Es el síndrome del impostor al revés. En lugar de pensar “no merezco estar aquí”, piensan “si estoy aquí, es porque lo merezco”. Una autoestima a prueba de bombas que ya querríamos muchos para nuestro día a día.

Subió contenido a Instagram como si fuera lo más normal del mundo. Fotos con el Rey, stories del Palacio, todo el pack completo. Hasta charló con Felipe VI, que seguramente se preguntaría por qué una influencer de moda sabía tanto de protocolo europeo (spoiler: no sabía).

La Hoguera de las Vanidades Digitales

Esta historia es el reflejo perfecto de lo que se ha convertido el mundo influencer. Todo vale por la exposición. Un evento en Casa Real significa visibilidad, y la visibilidad es la moneda de cambio de las redes sociales.

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No importa si tienes conocimientos sobre el tema. No importa si tu presencia tiene sentido. Si te invitan, vas. Y si no te invitan pero hay confusión, también vas. El FOMO (Fear of Missing Out) elevado a la enésima potencia.

Los seguidores lo son todo en este mundo. Patricia número dos tiene casi 2 millones, Patricia número uno tiene 200.000. ¿Adivinan a cuál le habrá dado más visibilidad el algoritmo de Instagram? Exacto. El mérito importa menos que los números.

El Protocolo en Crisis

Pero también hay que hablar de Casa Real y su gestión del protocolo. ¿Cómo coño invitas a alguien sin saber exactamente quién es? ¿No hay un departamento que se encarga de estos temas? ¿No hay una persona cuyo trabajo sea asegurarse de que invitas a la Patricia Fernández correcta?

Este error dice mucho sobre cómo funciona la maquinaria real. Se guían por nombres y números de seguidores, no por currículums ni trayectorias profesionales. Un influencer con muchos followers vale más que un experto con pocos.

Es la democratización llevada al absurdo. Antes, para entrar en Palacio necesitabas pergaminos, ahora necesitas followers. ¿Progreso o regresión? Ustedes juzguen.

Las Redes Se Ceban (Como Era de Esperar)

Twitter y el resto de redes sociales han hecho lo que mejor saben hacer: reírse hasta llorar. Los memes se han multiplicado como setas después de la lluvia. #PatriciaGate ha trending topic durante días.

Los comentarios han sido despiadados pero justos. “Nací en 1985, luego tengo derecho a ir a eventos europeos” se ha convertido en el nuevo “es que soy muy de izquierdas” del mundo digital.

La creatividad de los usuarios para ridiculizar la situación ha sido infinita. Desde montajes fotográficos hasta teorías conspiratorias sobre una quinta Patricia Fernández que controla todo desde las sombras.

¿Qué Nos Enseña Este Circo?

Esta historia es un espejo de muchas cosas que están mal en nuestra sociedad. La superficialidad ganando a la profundidad. Los followers pesando más que los conocimientos. La imagen importando más que la sustancia.

Pero también nos enseña que aún hay gente que se comporta con profesionalidad cuando la cagan. Patricia número uno podría haber montado un pollo en redes, pero eligió el camino correcto. Respeto para ella.

Y nos demuestra que Casa Real también mete la pata, y cuando lo hace, lo hace a lo grande. Confundir a dos personas en un evento oficial no es cualquier cosa. Es una metedura de pata de las que hacen historia.

El Final de la Historia (Por Ahora)

Patricia número dos sigue en sus trece, insistiendo en que su invitación era correcta. Patricia número uno mantiene la elegancia y espera futuras oportunidades. Patricia número tres ha decidido mantenerse al margen del circo, que ya es de sabias.

Casa Real ha aprendido la lección de que en el siglo XXI, cuando la cagas, se entera medio mundo en cuestión de minutos. Los protocolos están obsoletos para la era digital.

Y nosotros, los espectadores de este sainete, hemos disfrutado de una de las mejores comedias involuntarias del año. Porque al final, ¿qué sería de nosotros sin estos pequeños grandes dramas que nos recuerdan que vivimos en el mejor de los mundos posibles?

Moraleja: Si te llamas Patricia Fernández y eres influencer, igual es momento de añadir el segundo apellido a tu nombre artístico. Por si acaso.

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Ernesto Martín es periodista especializado en prensa rosa, realeza y cultura pop. En GATITAROSA.COM analiza con ironía y precisión los entresijos del universo mediático.

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