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El drama familiar de Carlota Corredera

La presentadora se derrumba al hablar de la muerte de su padre y de su hermano pequeño cuando este tenía 18 años.

«Fue mi madre quien con mucho esfuerzo nos sacó adelante», ha confesado.

Es una de las presentadoras más empáticas con el público y siempre ha compartido sus vivencias con este. Pero ahora Carlota Corredera (46) ha abierto su corazón como nunca antes para relatar la «bajada a los infiernos», tal y como ella lo define, que sufrió hace dos décadas tras el fallecimiento de su padre y de su hermano, un suceso muy doloroso del que hasta ahora solo conocían detalles sus más íntimos.

El primero en marcharse fue su progenitor, una persona «excepcional», «honesta y muy comprometida» que le dejé «un libro de instrucciones para la vida» y que ahora hubiera sido «un gran abuelo».

Pasados 26 años, la periodista reconoce que le echa «muchisimo de menos» y que hoy sigue siendo su «ejemplo absoluto» y su «referente».

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LA DOBLE TRAGEDIA DE CARLOTA CORREDERA

Lo que nadie imaginaba en ese momento era que la desgracia volvería a cebarse con su familia en poco tiempo. Un año después el que moría era su hermano pequeño, con tan solo 18 años.

«Pasamos de ser cinco a ser tres», recuerda. Sin querer «ahondar en el sufrimiento», también reconoce que no ha sido hasta ahora cuando por fin ha podido hablar de ello.

«Durante mucho tiempo no podía verbalizarlo porque me faltaba el aire», ha reconocido al borde de las lagrimas.

Pero si su familia pudo salir adelante fue gracias a una persona: Elisa, su madre.

«Si hoy estoy aquí y puedo hablar con cariño y sin resentimiento de todo lo que se vivió en mi casa es porque tengo unos padres excepcionales, pero hay que reconocer que ‘la que se quedó aquí’ y la que nos sacó adelante fue mi madre. Es mi diosa», confesaba.

Viuda con tan solo 44 años, tomé las riendas de la familia y se convirtió en su principal sustento.

«Fue ella quien nos sacó adelante con mucho esfuerzo y amor. Yo soy lo que soy gracias a ella», explicaba.

Una lección de vida con la que, asegura, ha aprendido que hay que tener siempre esperanza.

«Después de algo tan duro se puede volver a ser feliz», afirma contundente.

Y ella lo ha logrado gracias al ejemplo de su progenitora:

«Después de fallecer mi hermano, destrozada, levanté la persiana y dijo que teníamos que seguir viviendo».


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