Un año después de participar en Supervivientes la joven parece otra. Cada vez está más delgada y se ha sometido a varios tratamientos estéticos en el rostro y el cuerpo para mejorar sus facciones y moldear su figura.
Ha pasado ya un año desde que una desconocida Rocío Flores (24) se embarcara en Supervivientes, un concurso que permitió no solo que el público la conociera —porque, a pesar de ser famosa desde la cuna, nada se sabía de su personalidad y forma de pensar—, sino que para ella supuso una catarsis total y un renacer en todos los sentidos. «Ya no es que sea una persona nueva físicamente, sino que psicológicamente alucinaríais con el crecimiento personal que me enseñó esta experiencia», aseguraba en sus redes recordando su participación y reconociendo que llegó a Honduras con muchos miedos e inseguridades.
SIEMPRE CON CAMISETA
Echando la vista atrás, físicamente poco queda de la joven que llegó a la isla con unos kilos de más que causaron que durante los primeros días de concurso no se quitara la camiseta, un gesto que su padre, Antonio David Flores (45), explicó sin dobleces «En su momento he tenido alguna conversación con ella con respecto al sobrepeso y ella siempre huye de esa conversación porque le duele […] No se quita la camiseta por eso, porque tiene un gran complejo». La falta de comida en la isla y la necesidad de buscarla mediante todo tipo de actividades consiguieron que poco a poco venciera sus reticencias y, a medida que perdió peso, fue mostrando su cuerpo abiertamente. En la isla dejó muchas lágrimas, amigos y 16 kilos que le acomplejaban y le impedían quererse a sí misma plenamente. Por eso, al acabar el ‘reality’, siguió trabajando para conseguir la imagen que ahora luce orgullosa. En su caso no hubo el ‘efecto rebote’ que muchos otros compañeros sufrieron gracias a su fuerza de voluntad. Rocío ha mimado su cuerpo llevando hábitos saludables de alimentación bajo la pauta de un endocrino, practicando deporte y mejorando aquellos aspectos de su físico que menos le gustaban.
TRANSFORMACIÓN SUTIL
Y no hay más que comparar la imagen que luce en la actualidad con la de su debut en los platós televisivos para darse cuenta de que ha logrado con creces lo que buscaba. Y lo ha hecho de forma muy sutil. El último retoque que se ha realizado en el rostro ha sido la extracción de las bolas de Bichat, unas bolas de grasa que hay al lado de la boca, debajo de los pómulos, y que redondean el rostro. Sin ellas, este se ve más anguloso y estilizado y con los pómulos más marcados. Un cambio que viene a sumarse a los que se hizo el otoño pasado, cuando explicó que se había retocado la nariz poniendo un poco de ácido hialurónico en la zona del hueso para lucirla más recta y que habia engrosado también sus labios dándoles más volumen.
Además, ha comenzado un tratamiento de ortodoncia invisible para mejorar su sonrisa, lleva extensiones de pestañas que resaltan el color verde de sus ojos y un estudiado y favorecedor microblading, una técnica para diseñar las cejas a través de la pigmentación de la piel. Pequeñas transformaciones que han potenciado su belleza natural y que Rocío ha completado con diferentes tratamientos corporales a los que es asidua, como la maderoterapia o el tratamiento epigenético para drenar líquidos, eliminar grasa corporal, tonificar la piel, combatir la celulitis y moldear la figura. Todos ellos han colaborado en que ahora luzca una silueta más estilizada, que ella potencia con ropa ajustada a su nueva figura, mostrándose más segura que nunca y feliz de verse bien.
LA RO DEL PASADO
La primera vez que Roda Flores se sentó en un plató de televisión fue en 2019, cuando decidió defender a su padre, Antonio David Flores, que participaba en GH VIP 7. Pese a no tener tablas en la pequeña pantalla, desde el primer momento día muestras de su madurez, carácter conciliador y sensatez. La imagen que lucía antes no era de su agrado y estaba acomplejada por su peso, según confesó su padre, y fue en Supervivientes cuando empezó su gran transformación que ha hecho que ahora luzca la imagen con la que se identificaba plenamente.
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