El drama interminable de Conchi y Pamela, las gemelas de ‘GH 9’, y su cambio radical casi 20 años después
Si pensabas que el paso del tiempo trae madurez y estabilidad, las gemelas de Gran Hermano 9 vienen a demostrarte que no siempre es así. Conchi y Pamela, aquellas inseparables hermanas que en su día lo hacían todo juntas, ahora tienen una relación que podría definirse como un culebrón de Netflix. Y por si fuera poco, han pasado por el quirófano más veces que algunas celebrities de Hollywood. Vamos, que ni el tiempo ni la cirugía han pasado desapercibidos por ellas.
De mejores amigas a rivales de reality
Lo que antes era un dúo inseparable, ahora es una relación de “te soporto porque no me queda otra”. Conchi lo admite sin tapujos: “La relación entre nosotras es un tira y afloja. Para trabajar no podemos y para vivir, pues ella en su casa y yo en la mía”. Vamos, que ni en las reuniones familiares de Navidad se salvan del drama.
Pero ojo, que Pamela no se queda atrás con sus pullitas. “Hemos estado un tiempo sin hablar. Ella opina de una manera y yo de otra”, dice con un tonito que deja claro que aquí hay mucha historia. Y atención, porque saca a relucir el verdadero motivo de sus broncas: “Si te metes con mi hija, te arranco los ojos”. ¡Zasca! Parece que la maternidad ha sacado su lado más fiero, y si hay algo que no perdona es que su hermana se meta donde no la llaman. “Ella parece que lo ha entendido y ahora juega con su sobrina y la ve. En el momento que cometa el mismo error, pues nos dejaremos de hablar”. Vamos, que esto es una tregua temporal, pero en cualquier momento vuelve a explotar la bomba.
Del reality al bisturí
Aparte de los dramas familiares, hay otro detalle imposible de ignorar: el cambio físico brutal que han tenido en estos 20 años. Atrás quedaron esas chicas de cara aniñada y frescura natural. Ahora, entre gimnasio y retoquitos, parecen otras.
“Después de GH me hice un aumento de pecho y también una rinoplastia en 2018″, confiesa Pamela con total naturalidad. Pero eso no es todo: antes era de las que vivían en el gimnasio, pero la maternidad la ha cambiado. “Ahora mi entrenamiento es el estrés, las tareas y los quehaceres diarios con la niña”. Una madre todoterreno, pero sin tiempo para las sentadillas.
Por su parte, Conchi no se ha quedado atrás en la carrera del bisturí. “Me hice una rinoplastia, un aumento de pechos y una liposucción de cadera. También un poquito de bótox y esas cosas porque me gusta cuidarme”. Vamos, que si hay una oferta en tratamientos estéticos, ella es la primera en la lista.
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