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Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarín: El divorcio que no llega

El 4 de octubre se cumplen 25 años desde que se casaron, una fecha que desde luego no celebrarán, aunque sigan siendo legalmente marido y mujer, algo que muchos no entienden, y menos aún con las imágenes de Iñaki con Ainhoa.

El 4 de octubre era hasta hace unos meses un día de celebración para la infanta Cristina (57) e Iñaki Urdangarin (54), ya que fue la fecha que escogieron para darse el ‘sí, quiero’ en Barcelona hace ya 25 años. De seguir juntos, este año hubieran celebrado sus bodas de plata, seguro que en compañía de sus cuatro hijos, Juan (22), Pablo (22), Miguel (20) e Irene (17), a los que ambos adoran. Pero este sueño que ansiaron en el lejano 1997 se esfumó a comienzos de este año, cuando salieron a la luz unas imágenes del exduque de Palma con su compañera de trabajo Ainhoa Armentía (43) paseando como dos enamorados por la playa de Bidart, en la costa vasca.

Un reportaje que fue todo un escándalo dentro y fuera de nuestras fronteras, además de una traición para la hermana de Felipe VI (54) y una humillación pública sin precedentes. Pocos días más tarde enviaron un comunicado en el que anunciaban «la interrupción de su relación matrimonial» como paso previo al divorcio, una palabra que evitaron nombrar, pero que parecía el inevitable final. Más aún cuando se constató que Ainhoa no había sido un romance pasajero en la vida de Iñaki ni una ilusión fruto de la soledad, sino que ambos estaban enamorados y tenían la intención de seguir adelante con su relación.

NO HAN QUERIDO EVITARSE

Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin: Última aparición juntos
Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin: Última aparición juntos

De esto han pasado casi diez meses y la pregunta que muchos periodistas y personas de la calle se hacen es: ¿por qué aún no se han divorciado? Lo cierto es que tiempo han tenido de sobra, al menos para iniciar los trámites una vez que tuvieron claro que no había vuelta atrás, en el caso de Urdangarin, porque se había desenamorado de la infanta, y en el de Cristina, porque después de la traición y humillación sufridas un perdón se antojaba como imposible.

Pero, lejos de divorciarse, llama la atención que últimamente se hayan visto en varias ocasiones. Encuentros, todos ellos marcados por una aparente cordialidad. A comienzos del mes de septiembre coincidieron en el funeral de un amigo común en la localidad oscense de Jaca. Tras el acto fúnebre, ambos estuvieron tomando algo juntos y charlando relajados en un bar del pueblo, algo que en sí no hubiera sido necesario, ya que cualquiera de ellos podría haberse marchado tras la ceremonia religiosa.

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Esta búsqueda de cierta normalidad y cordialidad, si ello es posible, es una de las intenciones de Cristina, que ante todo piensa en el bienestar emocional de sus hijos, que ya han sufrido mucho.

PASIÓN EN LA PLAYA

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Poco antes, en el mes de agosto, también coincidieron en la playa de Bidart, que fue su destino de vacaciones familiar durante todo su matrimonio, además del escenario en el que se desveló la relación de él con su nueva novia, algo que también fue muy criticado y tachado como una provocación de mal gusto en su momento. Pese a ello; Cristina se reencontró con su todavía marido y sus hijos en el paseo marítimo de la localidad.

Tras saludar a sus hijos, ambos se quedaron solos y, aunque el encuentro fue más bien frío, si intercambiaron algunas palabras. De nuevo, algo que podrían haber evitado, pero no lo hicieron, más aún sabiendo que eran objetivo de los paparazis. Toda esta cordialidad provocó que los más románticos hablaran de un acercamiento entre la pareja, un rumor que se extendió coincidiendo con una crisis pasajera que, al parecer, vivieron Iñaki y Ainhoa. Pero nada más lejos de la realidad.

Las últimas imágenes del exduque y su novia en una playa de Formentera muy cariñosos y dando rienda suelta a su pasión en la playa, a la vista de todos, sin ocultarse y mostrando lo enamorados que están dejan claro que lo suyo va viento en popa a toda vela. Estas imágenes subidas de tono protagonizadas por el todavía marido de la infanta y familia del rey han sido vistas por los más críticos como una manera de forzar un divorcio que no parece llegar.

Y es que, por mucho que esta relación sea pública, no debe ser agradable para la hija de Juan Carlos (84) ver a su marido, legalmente, al menos, tan apasionado con otra mujer. Tampoco para sus hijos, aunque Pablo, el más locuaz y educado con la prensa de los Urdangarin, respondiera a los periodistas que le preguntaron por este asunto, asegurando que estaban todos «muy contentos» y con una gran sonrisa en los labios.

Según la periodista Paloma García-Pelayo (59), las intenciones del matrimonio eran comenzar con los papeleos tras el verano, es decir, en esta época, para dejar todo cerrado. «Me dicen que será un divorcio de mutuo acuerdo, si no pasa nada o hay alguna orden que lo cambie», aseguró en un programa de Telecinco.

Lo cierto es que ambos firmaron un acuerdo prematrimonial en régimen de separación de bienes, habitual en la Casa Real, en el que quedaba muy claro lo que pasaría en caso de divorcio y que incluso reflejaba algunos de los posibles motivos de la separación y las consecuencias. De ahí que no se entienda la demora, puesto que todo debería estar atadisimo desde hace un cuarto de siglo.

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Los expertos juristas afirman que podría llevarse a cabo en España o en Ginebra, donde estaba el domicilio familiar. En nuestro país sería más económico, pero en Suiza sería más sencillo evitar cualquier filtración.

El inicio de todo
El inicio de todo

¿DE QUÉ VIVE IÑAKI URDANGARIN?

«La infanta nunca hará nada que haga daño al padre de sus hijos», afirma también Paloma, que vaticina que compartirán incluso abogado. Algo que no sería extraño si finalmente firman de mutuo acuerdo, y menos aún teniendo en cuenta la delicada situación financiera del exduque. No en vano no recibe ningún ingreso desde el mes de marzo, cuando abandonó de forma voluntaria su puesto de trabajo en el despacho de abogados vitoriano que le proporciono la posibilidad de lograr el tercer grado penitenciario.

Fue su primera decisión después de que el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria le concediera la libertad de condicional. En ese momento se pensó que tendría otra oferta de trabajo más adaptada a su perfil e incluso se especuló con que el club del que formo parte como deportista, el F. C. Barcelona, le ofrecería un puesto en sus lilas. Pero esto no ha sucedido y el futuro laboral de Iñaki se antoja más que complicado.

Sigue viviendo en casa de su madre, Claire Liebaert, no tiene ingresos y, según asegura Pilar Eyre (71), solo cuenta con «la ayuda de la pequeña pensión de su progenitora». Algo que no ha impedido que este verano haya disfrutado de varias escapadas vacacionales a la playa de Bidart, Viladrau, en Girona, Ginebra y Formentera. Destinos en los que, menos en la isla balear, tiene asegurado el alojamiento, ya que en la costa vasca es propietario de una casa familiar, en la catalana descansa en la vivienda de su hermana Ana y cuando acude a ver a su hija Irene a Ginebra se queda en la residencia de la infanta Cristina.

Asunto diferente son sus gastos, que nadie sabe a ciencia cierta como afronta en el que es el segundo gran interrogante de su vida. ¿De qué vive Iñaki Urdangarin? Algo que él solo sabe y que los más malpensados relacionan con la negociación de su divorcio de la infanta Cristina, una firma que quizá se esté retrasando por divergencias económicas y un proceso en el que Juan Carlos I estaría asesorando a su hija, a la que visitó en Ginebra recientemente por este preciso motivo.

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