Sin lugar a dudas es una de las estrellas mundiales en el mundo de la alimentación; sin embargo, como todo en la vida, se puede hacer más sana aún. Gracias a estos ‘tips‘ conseguirás perfeccionarla para que toda la familia esté mejor nutrida que nunca.
La dieta mediterránea ha gozado siempre de muy buena fama a nivel mundial. Y no es para menos, ya que se trata de una de las formas de alimentación más equilibradas y sanas que existen. No en vano tiene milenios de historia y si ha llegado desde los tiempos de los griegos hasta la actualidad por algo será. No obstante, todo en esta vida se puede mejorar y realizando unos pequeños cambios esta dieta puede pasar de ser muy buena a ser excelente. Para ello, los expertos en nutrición recomiendan seguir estas pautas:
Apostar por las proteínas de origen vegetal en lugar de las que provienen de los animales. ¿Cómo? Muy fácil, añadiendo una pequeña ración de legumbres a nuestros platos principales los siete días de la semana. Lentejas, alubias, garbanzos… son sanísimos, baratos y, además, deliciosos. Esto no quiere decir que se renuncie a la carne, o al pescado, claro que no, solo que se aumente el consumo de unos y se reduzca el de otros.
Carne roja como acompañamiento y no como ingrediente principal de una receta. Es decir, si habitualmente nos comemos un buen filete acompañado de arroz y ensalada, consiste en modificar las raciones y que la carne pase a estar en mucha menor cantidad que antes.
Redactora de GATITAROSA.COM Experta en nutrición y dietética. Actualmente, lleva la sección de alimentación y nutrición de la revista.
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