¡Houston, tenemos un problemón! Y no, no hablamos de una ruptura sentimental, sino de algo casi peor en el mundo de la tele: el temido bajón de audiencia.
Carlota Corredera y Kiko Hernández, dos históricos del salseo patrio, han unido fuerzas en Tentáculos, un programa que prometía ser el nuevo bombazo de la cadena Ten. ¿Y qué ha pasado? Pues que más que un bombazo ha sido… un petardo mojado.
Un estreno que no arrasó, más bien tropezó
El pasado lunes 31 de marzo, Tentáculos registró un 0,9% de share. Sí, has leído bien. Ni siquiera un 1%. Un dato tan flojito que hace que incluso los anuncios de cremas antiedad parezcan prime time.
Y aunque, técnicamente, ese 0,9% mejora los números anteriores de esa franja en Ten (lo cual tampoco era muy difícil), lo cierto es que competir con formatos consolidados ha resultado ser una batalla perdida desde el minuto uno.
Comparaciones odiosas (y dolorosas)
Como si no fuera suficiente con los datos pobres, el programa ha tenido que enfrentarse a comparaciones con Ni que fuéramos, ese otro show que sí logró meterse en el bolsillo a una buena parte del público. ¿Resultado? Tentáculos parece más bien un calamar en apuros que una amenaza tentacular.
Todo al rojo: Carlota y Kiko se la jugaron… y la jugada no salió
Ambos presentadores apostaron fuerte por este proyecto. Y cuando decimos fuerte, hablamos de implicación, promoción, y probablemente más de una noche sin dormir. Querían frescura, querían revolución, querían “lo nunca visto”. Pero lo que el público ha visto ha sido… poco, muy poco.
¿La culpa? Puede que el formato no enganche, puede que el horario sea criminal, o puede que el público esté saturado de más de lo mismo. Lo único claro es que la química entre Carlota y Kiko no está haciendo milagros.
El futuro de Tentáculos pende de un hilo (y no de seda)
Las alarmas han saltado. Y no solo en las redacciones. En los pasillos de la cadena, ya se respira ese tufillo a cancelación inminente. ¿Aguantará Tentáculos el tirón unas semanas más o lo mandarán al archivo junto a todos esos realities fallidos que nadie quiere recordar?
Por ahora, la única certeza es que la presión está por las nubes. El equipo sabe que no hay red de seguridad. Si no remontan en tiempo récord, los pulpos se van a quedar sin pecera.
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