La esperada final del Festival de Eurovisión 2025, celebrada en la ciudad suiza de Basilea, concluyó con un resultado que ha dejado sentimientos encontrados entre los seguidores del certamen. Mientras Austria celebraba su triunfo con gran entusiasmo, España volvía a enfrentarse a la amarga realidad de los últimos puestos, concretamente el puesto número 24 de los 26 participantes.
Johannes Pietsch ‘JJ’, el austriaco que conquistó corazones con ‘Wasted Love’
El gran vencedor de la noche fue el artista austriaco Johannes Pietsch, quien bajo el nombre artístico de JJ, logró hacerse con el preciado micrófono de cristal gracias a su impecable interpretación de la balada ‘Wasted Love’, una propuesta musical de corte pop con elegantes matices líricos que supo captar la atención tanto del jurado profesional como del televoto europeo.
Con un total de 436 puntos, JJ superó por muy estrecho margen a su más inmediato competidor, Israel, en un desenlace que mantuvo la tensión hasta los últimos instantes de la gala. La votación fue especialmente reñida, lo que generó un ambiente de expectación pocas veces vivido en la historia reciente del festival.
Tras recibir el galardón, el joven intérprete austriaco expresó su emoción con unas palabras que no tardaron en viralizarse: “Gracias a toda Europa por hacer mi sueño realidad. Vamos a repartir amor por todo el mundo.” Su mensaje de gratitud y unidad resonó profundamente entre los seguidores del certamen.

Un final de infarto en una edición repleta de talento y emoción
A diferencia de otras ediciones donde la victoria se vislumbraba con antelación, Eurovisión 2025 se caracterizó por su imprevisibilidad. Desde los primeros compases de la votación, el nombre de JJ figuraba entre los favoritos, pero no fue hasta el último bloque de votos cuando se confirmó su liderazgo definitivo.
Junto a Austria, también figuraban en los pronósticos Francia y Suecia, dos potencias habituales en la competición que, aunque ofrecieron actuaciones de gran calidad, no lograron superar el magnetismo y la propuesta intimista de ‘Wasted Love’. El apoyo combinado del jurado y del público fue determinante para consagrar al joven austriaco como nuevo rey de Eurovisión.
España tropieza de nuevo en Eurovisión pese al entusiasmo por Melody
La representante española, Melody, partía hacia Basilea con una energía arrolladora y un tema diseñado para impactar: ‘Esa diva’, una canción vibrante con ritmos latinos, coreografía poderosa y un mensaje de empoderamiento. Sin embargo, a pesar del entusiasmo del público presente en el estadio y del apoyo en redes sociales, el resultado final fue decepcionante.
Con tan solo 10 puntos del televoto, y una escasa puntuación por parte del jurado profesional —incluyendo países tradicionalmente próximos como Francia, Malta, Suecia, Azerbaiyán y Albania—, España acabó situada en la vigésimo cuarta posición, sólo por delante de dos delegaciones.

Un despliegue técnico y emocional que no logró convencer al jurado
La delegación española se volcó por completo en el diseño de la actuación. Desde los ensayos iniciales, Melody demostró una preparación técnica impecable, una puesta en escena colorida y una actitud profesional y entusiasta que no pasó desapercibida. Su actuación, marcada por una impecable ejecución vocal y una coreografía desafiante, fue recibida con aplausos y ovaciones en el estadio.
Sin embargo, ni el jurado ni el televoto europeo respondieron como se esperaba. Pese a que el tema ‘Esa diva’ había generado expectación desde su presentación en RTVE, el resultado en Basilea fue una bofetada de realidad que ha reabierto el eterno debate sobre la estrategia española en el certamen.
El cariño del público, el mayor premio para Melody
Aunque el resultado haya sido frustrante, la artista andaluza no se ha marchado de Suiza con las manos vacías. Durante toda la semana eurovisiva, Melody se ganó el respeto y la simpatía de los seguidores del festival, tanto por su talento como por su cercanía y naturalidad.
“Finalmente nos vamos con el cariño de toda Europa y con la satisfacción de haberlo dado todo,” declaraba la cantante minutos después de conocerse los resultados. Melody demostró una gran entereza ante la decepción, agradeciendo a su equipo y a los fans por el apoyo recibido durante toda la aventura eurovisiva.

Ana María Bordás defiende el trabajo de Melody y apuesta por la continuidad
La jefa de la delegación española, Ana María Bordás, fue una de las primeras en salir al paso tras la publicación de las puntuaciones. En declaraciones a los medios desplazados a Basilea, reconoció la dureza del resultado pero no dudó en mostrar su respaldo a la artista:
“Es una decepción un resultado como este. No es el puesto que queríamos ni el que esperábamos, pero a Melody no se le puede reprochar nada, estamos satisfechos con su trabajo”, afirmó. Bordás insistió en que la candidatura española fue trabajada con dedicación y profesionalismo, y confió en que esta experiencia sirva para fortalecer futuras participaciones.
La eterna maldición de España en Eurovisión continúa
Con este nuevo traspié, España suma otro año sin rozar siquiera el podio del festival. Desde el segundo puesto de Anabel Conde en 1995 o el éxito puntual de Pastora Soler en 2012, las aspiraciones eurovisivas españolas parecen seguir atrapadas en un bucle de frustración, decisiones cuestionables y falta de sintonía con las tendencias europeas.
El caso de Melody recuerda al de otros artistas patrios que llegaron con fuerza y se marcharon con decepciones: Blas Cantó, Manel Navarro, Barei, entre otros, todos ellos prometieron una revolución que no logró materializarse en votos.
¿Qué debe cambiar España para volver a ser relevante en Eurovisión?
Tras el varapalo sufrido en esta edición, se impone una reflexión profunda sobre el modelo de selección, el enfoque artístico y la lectura de las corrientes actuales en el panorama musical europeo. Mientras países como Austria, Italia, Ucrania o Finlandia adaptan sus propuestas a un lenguaje musical contemporáneo y visualmente impactante, España parece seguir apostando por fórmulas que no terminan de conectar.
El entusiasmo no basta, y el caso de Melody lo demuestra: una artista querida, un show trabajado, una canción con mensaje… pero aún así, el resultado no ha acompañado.

Ernesto Martín es periodista especializado en prensa rosa, realeza y cultura pop. En GATITAROSA.COM analiza con ironía y precisión los entresijos del universo mediático.
Deja una respuesta