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Antonio Gades: La leyenda del baile

Casi dos décadas después de su muerte, el bailaor sigue siendo un referente en el mundo de la danza, aunque nunca se dejó cegar por la fama, «Me horroriza que me llamen maestro, yo moriré siendo discípulo», decía.

Antonio Gades encumbró el flamenco a la categoria de arte

Talento, magnetismo, carácter y humildad son solo algunas de las características que definían a Antonio Gades, que fue un personaje único que alcanzó lo más alto, aun teniéndolo todo en su contra.

Su verdadero nombre era Antonio Estévez Rodenas y nació el 16 de noviembre de 1936 en Elda (Alicante), en el seno de una familia con escasos recursos económicos. Su padre se alistó como voluntario para la defensa de la II República y eso hizo que la familia se mudase a Madrid cuando Antonio tenía 5 años.

Empezó a trabajar a los 1 1 en un estudio fotográfico y en el diario ‘ABC’ como mozo, pero poco, después se inscribió en una academia de baile, no tanto por afición como «por hambre», como él reconocía.

Alicantino de nacimiento y madrileño de adopción, Gades recordaba que él no era «ni gitano ni andaluz» y que, a falta de esas raíces, mamo «el flamenco en la calle». En 1951 entró a formar parte de la Compañía de Pilar López y fue ella quien le sugirió su nombre artístico, en recuerdo de las bailarinas gaditanas.

Durante doce años se dedicó a viajar por el mundo y en el Teatro de la Ópera de Roma se le denominó ‘el bailaor de la esencia andaluza’. También representó a nuestro país en la Exposición de Nueva York en 1964, donde fue recibido como un ídolo del flamenco.

Además, ya con su propia compañía, realizó la coreografía de ‘El amor brujo’, que fue un éxito internacional. Esta obra fue clave en la carrera de Gades, que también la protagonizó en cine en dos ocasiones, la segunda bajo las órdenes de Carlos Saura (90). Este título formó parte de la trilogía del director junto con ‘Bodas de sangre’ (1981) y ‘Carmen’ (1983).

Pero Gades afirmaba: «Nunca pretendí ser artista de cine, no soy actor».

«SIEMPRE EN LA TIERRA»

Personaje único y de gran carisma, Antonio se codeó con lo más granado del mundo intelectual y artístico y se le llegó a relacionar con la mismísima Gina Lollobrigida (94), pero el gran amor de su vida fue Marisol. Sin embargo, para él ella siempre fue Pepa Flores (74).

«No me enamoré de un mito, sino de Marisol, un ser humano maravilloso, una artista impresionante y una persona a la que admiro, quiero y respeto»,’ aseguraba. Trabajador incansable, además de su propia compañía, Antonio también fundó el Ballet Nacional Español y en 1994 estreno ‘Fuente ovejuna’, su última producción como coreógrafo.

Con el público a sus pies, nunca dejó que el éxito se le subiera a la cabeza y afirmaba: «Siempre me ha sido difícil creerme que era Gades. Siempre he estado en la tierra, nunca me he considerado del Olimpo como muchos artistas. Y me horroriza que me llamen maestro, yo moriré siendo discípulo».

Falleció en Madrid el 20 de julio de 2004 debido a un cáncer y sus cenizas están enterradas en La Habana, ya que Cuba fue su segunda casa.

Antes de ser bailaor, probo, suerte como torero, boxeador y ciclista. Su gran inspiración fue siempre Federico García Lorca. Fue muy activo políticamente.

En Madrid hay una calle con su nombre.


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