Antonia San Juan (60) ha sabido ganarse el cariño del público, pero muchos desconocían que sus inicios no fueron fáciles. Tras su llegada a Madrid, donde se vio obligada a «robar para comer», en 2017 sufrió una cirugía en el apéndice que a punto estuvo de costarle la vida.
Fue Verónica Forqué, vecina suya, la que en la recuperación de la operación le dio un consejo que le salvó la vida: «Me dijo: ‘Tienes que ir al médico’». Allí le diagnosticaron una infección que desemboco en un ingreso en la UCI:
«Mis padres vinieron a despedirse para decirme adiós porque me moría».

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