Anita y Montoya lo han vuelto a hacer. Y no hablamos de ganar pruebas ni pescar cangrejos. Han reactivado el modo “pasión tropical” en plena playa de los Cayos Cochinos, y esta vez no con drama… ¡sino con historia de amor incluida!
Una historia que no es la que nos vendieron
Hasta ahora creíamos que lo suyo había nacido entre hogueras, tentaciones y lágrimas televisadas. Pero ¡sorpresa! Su flechazo fue mucho antes. Y en el sitio menos romántico del planeta: el Festival de Vitoria. Sí, ese evento donde los realities se venden como si fueran cine de autor.

Anita lo soltó como quien recuerda su peor cita de Tinder:
“Nos conocimos en la presentación de ‘El Conquistador’ y él se fue con otra al hotel… a ver una peli.”
Claro que sí, Montoya, todos creemos que fue solo una película. Pero al día siguiente ya estaba pegado a ella en el desayuno como si fueran almas gemelas.
Montoya, que va de tipo duro, se vino abajo en modo romántico total:
“Nunca me he enamorado… ¿me voy a enamorar ahora? ¿De una catalana, con un hijo? Pues sí, pues sí.”
Y ahí estaba Anita, tragándose la lágrima como si estuviera en una novela turca de sobremesa.

Cena, confesiones y sábanas sospechosas
El programa les regaló una cena romántica. Y claro, entre velitas, arroz pasado y confesiones, se desató el drama bonito.
Montoya se marcó un monólogo de peli de sobremesa de Antena 3:
“Yo con 31 años quiero una familia. Tú me la has dado. Eso enamora.”
Toma ya. Romanticismo nivel experto.

Anita se vino abajo y pidió perdón por lo de ‘La isla de las tentaciones’.
Sí, eso que todos vimos y que casi les cuesta la relación, la dignidad y el cariño del público. Pero bueno, todos cometemos errores, ¿no?
Y claro, con tanta emoción, la temperatura subió más que la humedad en Honduras.
Sábanas, arrumacos y frases como:
“Te has puesto más desnuda todavía”, soltadas con sonrisa pícara y mirada traviesa.
¿El contenido exacto de lo que pasó bajo las sábanas? Clasificado nivel NASA. Pero por cómo salieron al día siguiente, podemos intuir que hubo fogata nocturna sin necesidad de cerillas.
El reencuentro que casi lo arruina todo
Pero como todo en esta historia, la calma duró lo que tarda Gabriela en decir “hola”.
Sí, Gabriela, esa chica que fue tentadora, lío, y ahora azote emocional. Apareció en Honduras como quien entra a un bar a gritar: “¿Quién me la ha liado?”
Y fue directa a por Anita, con una frase para enmarcar:
“Ahora eres su perrito faldero. Todo lo que te dice, lo haces.”
¡Zasca! Nivel experto.

Montoya, que no se calla ni debajo del agua, saltó como si le hubieran pisado una espina:
“No voy a participar de tu circo.”
Pero el show ya estaba montado y los focos apuntaban a los tres. Tensión, reproches y miradas de odio que podrían derretir un coco.
Pero ojo, que al final, el amor venció al caos. O eso parece. Porque después del lío, Anita y Montoya volvieron a acurrucarse en la arena como si nada hubiera pasado. Eso sí, con más cuidado, por si Gabriela aún andaba escondida detrás de un cocotero.

La loca más divertida de la redacción de GATITAROSA. Rosa… muy rosa… y alocada nuestra nueva incorporación. Redactora de “Supervivientes 2023” y otros cotilleos televisivos.
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