Después de decir adiós al verano más triste de su vida, según ella misma ha expresado, Ana Obregón (66) ha vivido uno de los momentos más importantes de su carrera al recibir el Premio Joan Mainat, otorgado en el marco del Festival de Vitoria y en reconocimiento a su dilatada y aplaudida trayectoria en el sector audiovisual.
Radiante, con un vestido blanco de gasa y visiblemente emocionada, tuvo unas cariñosas palabras hacia su progenitora, Ana, y su hijo, a los que ha perdido con tan solo un año de diferencia.
«Quiero dedicar este galardón a dos personas que están muy orgullosas de mí. Mamá, Aless, este premio es por y para vosotros», decía sin poder contener las légrimas.
Obregón, que dijo estar «más nerviosa» que en las campanadas, dejé claro que este reconocimiento no significaba, para nada, el final de su carrera.
«Nunca me imaginé estar aquí. Y lo que queda… porque sé que voy a tener fuerzas para seguir», sentenció.
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