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Amparo Baró: Actriz de raza y mujer de carácter

Se cumplen siete años desde que la inolvidable Sole de ‘Siete vidas’ nos dejó, pero gracias a su papel en esta serie y a tantos otros que interpretó en teatro, cine y televisión, su recuerdo permanece.

Hablar de Amparo Baró es hacerlo de una mujer que formó parte de una generación de actores que no eligieron su oficio cegados por el ‘glamour’ de la fama, los ‘flashes’ y los focos; sino por su amor por la interpretación.

Algo que esta catalana nacida el 21 de septiembre de 1937 descubrió muy pronto. «De pequeña, mis hermanos me llevaban al teatro porque eran muy aficionados y aquello era fantástico. Así que yo de mayor quería ser actriz de teatro», recordaba.

Aun así, comenzó a estudiar Filosofía y Letras, contagiada del amor por los libros que su abuelo le había inculcado leyéndole cuentos de ‘Las mil y una noches’. Pero animada por sus amigos, empezó a actuar y, tras debutar ante el público con la obra ‘El burlador de Sevilla y convidado de piedra’ (1957), Adolfo Marsillach la contrató para su teatro.

Allí, la casualidad quiso que Amparo Soler Leal, primera actriz de la compañía y mujer del actor, cayera enferma y Baró fue su sustituta en la obra ‘Harvey’, en la que demostró que estaba a la altura.

A partir de entonces siguió trabajando sobre las tablas, tuvo su propia compañía durante algunos años y firmó magistrales interpretaciones en obras como ‘Casa de muñecas’ (1983).

PERFECCIONISTA Y DIRECTA

Amante de su profesión en cualquiera de sus géneros, Amparo compaginó el teatro con el cine y la televisión. En la pequeña pantalla debutó en 1959 y nunca la dejo, haciendo desde los míticos ’Estudio 1′ hasta series más modernas como ‘El internado’.

Convertida ya en una gran maestra, siempre daba este consejo a los actores más jóvenes, «Si quieres dedicarte a esto, nunca estudies artes escénicas porque la magia de un actor siempre está dentro».

Profesional, perfeccionista, directa y sincera son algunos de los adjetivos que definían a esta mujer, aunque quienes de verdad la conocían, como Javier Cámara (55), añadían uno más: «Era alguien con mucho carácter». Ganadora del Goya a mejor actriz de reparto por ’Siete mesas de billar francés’ (2007), en 2011 hizo su último trabajo: la obra de teatro ‘Agosto‘.

Tenía entonces 74 años y ya afirmaba: «Morir en un escenario me parece una ordinariez y un horror».

Siguiendo esta máxima, Amparo Baró se retiró de la escena poco después y el 29 de enero de 2015 falleció víctima de un cáncer de pulmón.

Tiene una placa en su honor en la calle de Madrid en la que vivió durante 50 años.

Rechazó trabajar con Almodóvar en ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’ porque el guion le parecía una locura.


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