El artista recibió con mucho orgullo y emoción el título de Hijo Predilecto de Andalucía ante la atenta mirada de su novia, Rachel Valdés, con quien vive un bonito y sólido amor.
Madrileño de nacimiento, pero andaluz de corazón, Alejandro Sanz (53) ha recibido uno de los mayores honores de su trayectoria profesional y vital: el título de Hijo Predilecto de la tierra en la que se encuentran sus raíces más importantes, ya que en ella nacieron sus padres y en ella pasó gran parte de su infancia.
Un reconocimiento que recogió en Sevilla de manos de Eva González (41) el pasado día de Andalucía y ante la atenta y enamorada mirada de Rachel Valdés (32), la mujer con la que comparte sus días desde el verano de 2019 y la responsable de que el cantante haya recuperado la ilusión por el amor después de su separación de Raquel Perera (46) tras siete años de matrimonio y dos hijos en común.
Y es que nadie mejor que la artista cubana para acompañar a Alejandro en un momento tan significativo a nivel sentimental para él. La prueba definitiva de que su relación marcha viento en popa y a toda Vela y de que el madrileño está atravesando su etapa más dulce. Tras la imposición de la Medalla de Andalucía, Sanz se mostró muy agradecido y a duras penas fue capaz de contener las lágrimas:
«Ahora mismo tengo dentro de mí un niño chico saltando de alegría». Y, como no podía ser de otra manera, recordó con una gran emoción a sus padres, ya fallecidos:
«Ahora me parece escuchar la risa de mi madre diciendo ‘mi niño es una eminencia’, y el ‘olé’ bajito de mi padre. A vosotros, Maria la de Alcalá y Jesuli el de Algeciras, os lo dedico»
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