Vivir la experiencia de Supervivientes es mucho más complicado de lo que parece.
Todos los concursantes comentan a su regreso que partieron con una idea de lo que se iban a encontrar, pero que la realidad supera en mucho a esa primera idea.
Las condiciones son extremas.
No hay comida. No hay refugio. A veces no hay fuego.
Hay quien lo lleva muy mal, y este ha sido el caso de Albert Álvarez, quien tras semanas después de su regreso sigue padeciendo secuelas físicas y psicológicas.
Además de en su físico -Albert ha perdido 15 kilos en la isla-, ‘Supervivientes’ le ha dejado una serie de traumas y trastornos que no consigue erradicar pese a la ayuda psicologia que está recibiendo.
“Llegué y me guardaba comida en el bolsillo y, a veces, aún tengo la necesidad de terminarme todo lo que tengo en el plato. En cuanto noto algo de hambre me entra ansiedad”
“He tenido que dormir en el suelo porque no estaba cómodo durmiendo en el colchón. Miro el techo de la habitación y me genera ansiedad”.
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