La modelo ha negado haber vuelto con Santi Burgoa después de que el periodista fuera visto en su casa. Sin embargo, reconoce que se siguen queriendo y no pone punto final a lo suyo: «Le quiero en mi vida».
Dice el refrán que «donde hubo fuego quedan rescoldos», y los de Alba Carrillo (35) y su última pareja, el periodista Santi Burgoa (37), podrían estar al rojo vivo.
Eso es lo que, al menos, ha dado a entender la colaboradora de ‘Ya es mediodía’ cuando le han preguntado por las imágenes del periodista abandonando su domicilio.
«Era el cumpleaños de mi hijo. Él le quiere mucho, se quieren mucho los dos, y me pareció precioso que viniera a darle un beso y a traerle un regalito», ha explicado sobre esta misteriosa visita, adelantando al mismo tiempo que esta no será la única vez que los veamos juntos.
«Somos como familia, cuando dos personas se quieren y no se han hecho nada, ¿por qué no se van a llevar bien? Yo le quiero en mi vida», confesaba ante sus compañeros sin ocultar una sonrisita que se ha interpretado como una puerta abierta a una segunda oportunidad.
De momento, ella desmiente que hayan recuperado su relación, aunque tampoco se atreve a poner el punto final definitivo a su historia:
«No hay reconciliación, pero hay personas que tienen que estar en tu vida de la manera que sea… Nos seguimos queriendo, somos amigos y el tiempo dirá…», explicó muy sonriente.
VARIAS OPORTUNIDADES
Fue el 27 de septiembre cuando la que fuera mujer de Feliciano López confirmé lo que en Medíaset era ya un rumor: había roto con el presentador de Telemadrid.
«Soltera otra vez.», escribía junto a una imagen en la que aparecía sola en la boda de su prima. Días después, y también en el plato de su programa, explicó la separación en los siguientes términos:
«Para mí es algo que ya venía coleando porque este verano hemos roto varias veces».
Y si bien entonces muchos pasaron por alto esos intentos de hacer que lo suyo funcionara, sin duda podría ser la prueba definitiva de que Alba no está convencida de dar por perdido al que ella define como «el mejor compañero de vida y de viaje».
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